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Serena Williams sigue siendo la campeona. Con su victoria por 6-4 y 6-4 sobre su hermana Venus Williams en la final del Abierto de Australia, Serena hizo historia con su séptimo título en Melbourne y el número 23 de Grand Slam, récord en la Era Open situándose a tan sólo uno de los 24 que ostentó la australiana Margaret Court.
El duelo entre las dos hermanas estuvo marcado por la tensión. Se conocen tan bien y querían forzar tanto que acababan fallando. Cierto es que Venus fue mucho más al límite en todo momento que Serena, quien, además, a partir del lunes volverá a ostentar el número uno del mundo que perdió en septiembre pasado, tras el US Open, en favor de la alemana Angelique Kerber.
Aunque la número uno no piensa lo mismo. "Sin Venus no existirían las Williams. Sin Venus no habría 23 Grand Slams, no habría ni siquiera uno... ella me ha inspirado a ser la mejor jugadora posible", dijo la campeona. El abrazo al final del encuentro, la imagen que ilustra esta información, lo dice todo.
No lo escondió la finalista. "Aquí está mi hermana pequeña... ya puedo presumir de ella", decía Venus, tras recoger su trofeo. "Tus victorias siempre han sido mis victorias. Todas las veces que yo no pude llegar, allí estabas tú", cerró.