Sebastian Vettel (Red Bull) se puso hoy la cuarta corona mundial de F-1 con un nuevo monólogo triunfal en el GP de la India y sin oposición tras una accidentada salida en la que Fernando Alonso (Ferrari) -undécimo- perdió toda opción de retrasar el alirón del germano.
El 'pequeño Káiser', que pulverizó los cronos cosechados en el circuito indio de Buddh en las dos ediciones anteriores -2011 y 2012-, se afianzó con el liderato indiscutible de la carrera tras un tercio de la misma.
El alemán había partido desde la pole con los más rápidos y degradables neumáticos blandos, como la mayoría de pilotos, y, tras comprobar el problema del asturiano, entró enseguida en 'boxes' para cambiar al compuesto medio y tener un ritmo más constante.
Desde la octava posición de parrilla, Alonso necesitaba una heroica en la India pero en la primera curva del circuito su monoplaza chocó con dos coches y su estrategia da arrancar con medios quedó fulminada con una parada obligada para reemplazar el dañado alerón delantero.