El éxito de Didier Dechamps al mando de la selección de Francia se debe no solo a la calidad de jugadores que tiene dentro de su plantel, sino también a una regla que la Federación instauró luego del Mundial Sudáfrica 2010.
Este código está colocado detrás de la puerta de las habitaciones de los jugadores: tienen que respetar la camiseta, no hacer daño a la imagen de la selección, respetar el himno, entre otras cosas.
Desde que se publicaron esas reglas, los jugadores franceses ya no han sido vistos en escándalos. Se cuidan y aceptan que vestir la camiseta nacional es una responsabilidad. Hace dos años cayeron ante Portugal por la mínima diferencia en la final de la Eurocopa y hoy consiguen una Copa del Mundo luego de 20 años. La disciplina se acentuó con la llegada de Deschamps en el 2012.