Centenas de miles de personas vibraron este martes en Berlín al recibir a sus aclamados "héroes" de la selección alemana de fútbol, de regreso de Brasil con su cuarto título de campeón del mundo.
Más de 250.000 personas en verdadero delirio aguardaron desde la mañana delante de la simbólica Puerta de Brandeburgo, en el corazón de Berlín, la llegada de los jugadores y el seleccionador Joachim Low, que dieron a Alemania su primer trofeo mundial desde la reunificación del país en el otoño boreal de 1990.
El capitán Philipp Lahm, con el trofeo en la mano, fue el primero en descender del avión, seguido por sus compañeros, ataviados con chándales o ropa deportiva, mientras que el seleccionador Joachim Löw estaba vestido de negro y llevaba gafas de sol.
Enseguida los jugadores y cuerpo técnico se enfundaron camisetas negras con un gran número uno, se subieron a un autobús de doble piso sin techo y saludaron a la marea humana que se desplegó por las calles berlinesas hasta la llegada de la plantilla germana al escenario montado delante de la Puerta de Brandeburgo. (AFP)