El galés Gareth Bale regresó a los terrenos de juego 88 días después de caer lesionado, disputando 19 minutos del duelo liguero ante el Espanyol y firmando la sentencia para un Real Madrid que batió un récord al marcar en 42 partidos consecutivos.
Recibió Gareth Bale el cariño de la afición del estadio Santiago Bernabéu, tras poner fin a su odisea tras ser operado el 29 de noviembre de una lesión en los tendones peroneos del tobillo derecho. Y lo celebró por todo lo alto. Acaparando titulares y portadas con un gol que define sus características y una efusiva celebración.
Sin embargo, el único que no estuvo feliz por el regreso de Gareth Bale fue James Rodríguez. El colombiano quería entrar en el encuentro ante el Espanyol, pero se quedó en el banco de los suplentes tras el ingreso del galés. Esto quedó demostrado por los gestos que hizo.
Con rapidez entró en el partido, participativo en las acciones y queriendo protagonismo. El premio lo encontró a siete minutos del final, cuando en un rápido contragolpe lanzó un desmarque al espacio que vio Isco Alarcón. El pase en profundidad lo culminó Bale con un gran disparo cruzado que entró a la portería defendida por Diego López ajustado al poste.
En el tiempo de baja de Bale el Real Madrid vio cortada su racha de partidos invictos, que cerró en 40. Con el galés esta temporada lo ha ganado todo. Con el del Espanyol, el galés ha participado en 17 encuentros y firma pleno de victorias.