El partido entre Valencia y Real Madrid en el Mestalla generó una anécdota que fue muy celebrada en las redes sociales. Los protagonistas: James Rodríguez y el árbitro Gil Manzano.
Resulta que al juez principal se le cayeron las tarjetas por lo que el volante colombiano, muy atento él, se encargó de recogerlas.
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Claro que antes de entregárselas a su dueño, el jugador del Real Madrid decidió hacerle una broma y le mostró la roja como si lo hubiese expulsado. Esto generó la risa del público en el estadio, pero no le hizo nada de gracia a Manzano, quien al final dejó todo como una anécdota y no amonestó a James.