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En apenas una temporada, la carrera profesional del entrenador español  dio un giro de 180 grados, al pasar de pelear por La Liga y la en el  a luchar por evitar el descenso a la  con el . El técnico español, de 56 años, tenía en mente regresar a  y volver a entrenar en la  tras ser destituido en el conjunto 'blanco' el pasado mes de enero.

Con los principales banquillos de los clubes punteros del país ocupados, como era el caso de Arsenal, Liverpool, Manchester United, Tottenham Hotspur o, incluso, West Ham, conjunto que tanteó su fichaje a comienzos de curso, o con el sustituto ya en la recámara, como Chelsea (Antonio Conte) y Manchester City (Pep Guardiola), la opción del Newcaste se antojaba la más tentadora.

El madrileño regresó al norte de Inglaterra, cerca de la ciudad de Liverpool, donde todavía vive su familia, y a un club histórico, con una gran masa social y económicamente poderoso. Sin embargo, la pelea del Newcastle no estaba en la parte alta de la tabla, sino por evitar el descenso, una batalla que Rafael Benítez no ha librado con ninguno de sus últimos equipos: Real Madrid, Nápoles, Chelsea, Inter de Milán, Liverpool, Valencia.

El club había flirteado con el descenso las últimas temporadas -el pasado curso se salvó en la última jornada-, pero la fuerte inversión a comienzos de campaña (77 millones de libras, casi 100 millones de euros) y la apuesta por el exseleccionador inglés Steve McClaren en el banquillo era una muestra clara de la ambición de su dueño, el controvertido y siempre polémico empresario Mike Ashley.

No funcionó el proyecto de McClaren, y a falta de diez partidos para el final de la temporada el club recurrió a Rafael Benítez, que aceptó la arriesgada propuesta de las 'urracas'. El español pidió tener plenos poderes en la parcela deportiva, es decir, ser 'mánager' y no sólo entrenador, y firmó un contrato de tres temporadas confiado de lograr la salvación.

Uno de los apartados del contrato, sin embargo, era una cláusula liberatoria en el caso de no evitar el descenso a la Championship, la segunda categoría del balompié inglés. Rafael Benítez llegó con el equipo en penúltima posición, y tras un comienzo dubitativo, con un empate y tres derrotas en sus cuatro primeros encuentros, pareció encauzar el rumbo con victorias sobre Swansea y Crystal Palace y meritorios empates con Manchester City y Liverpool.

Sin embargo, el último y doloroso empate con el colista, el Aston Villa, dejó al Newcastle en una situación precaria, sin depender de sí mismo y sabiendo que un triunfo de sus acérrimos rivales del Sunderland sobre el Everton el miércoles certificaría su descenso y la salvación matemática de los 'black cats'.

No falló el Sunderland y Rafael Benítez y sus hombres se despedirán el domingo en St. James' Park de la temporada 2015/2016 como equipo de la Championship junto a Norwich City y Aston Villa. Ahora, con el club en segunda división por segunda vez desde la campaña 2008/2009, falta por ver si Rafael Benítez activará la cláusula liberatoria o si se quedará para pelear por la promoción la temporada que viene.

Aficionados y leyendas del Newcastle se han unido para pedirle al madrileño que se quede y que aporte esa estabilidad necesaria para conseguir el ascenso a la primera. "¿Un tipo con un pedigrí y una reputación como la suya dirigiendo en la Championship? La verdad, no lo veo. Me encantaría equivocarme y que siguiera", dijo el inglés Alan Shearer, antiguo jugador y entrenador de las 'urracas'.

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