Le va a costar a la directiva de Sandro Rosell realizar los retoques que la actual plantilla del FC Barcelona precisa porque su objetivo de financiar parte del capítulo de fichajes con la venta de algunos jugadores se presenta ahora más difícil que nunca.
En el club se asume que el ciclo de esta plantilla está agotado y que hay que renovarla para no abandonar la senda de los éxitos. Sin embargo, las elevadas fichas de los jugadores, que superan el 61% del presupuesto del club, y el pobre rendimiento ofrecido a lo largo de la segunda mitad de la temporada dificulta el deseo de la directiva de encontrar traspasos ventajosos.
Como mucho llegan al club ofrecimientos para conseguir cesiones, nadie se fía y quieren probar antes de comprar. Es el caso de Villa y Alexis Sánchez, que tienen ofertas de Juventus e Inter. O de Cesc Fàbregas, que podria regresar al Arsenal por menos de la mitad de lo que pagó el Barça por él hace dos años.
Por otra parte, el cuerpo técnico se encuentra también hipotecado por la decisión de la directiva de ampliar la permanencia de jugadores veteranos como Puyol y Xavi con contratos de larga duración. La llegada de Neymar este verano no será suficiente para cambiar la fisonomía de este equipo. Harán falta muchas más caras nuevas: un portero, un central, un centrocampista y otro delantero, que podría ser perfectamente Deulofeu, quien todavía no ha renovado el contrato que le vence en 2014.
La idea es construir un nuevo equipo en torno a Messi, Piqué, Iniesta, Busquets, Alba y Neymar. A partir de esta columna vertebral, que seguiría vigente, aparecerían caras nuevas. El problema es que esta directiva está más pendiente de encontrar financiación para cumplir su sueño del nuevo estadio que de invertir seriamente en las necesidades del equipo.
La ilusión de comprar con el rendimiento que produzcan las ventas es sólo eso, una ilusión. Habrá que rascarse el bolsillo. Rosell ha anunciado ya que se presentará a las elecciones de 2016, pero si no se produce un cambio de rumbo, como dicen en la capital: "tres años pueden hacerse molto lunghi".