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En Burundi ha ocurrido algo realmente insólito. El presidente de dicho país que gobierna desde 2005, Pierre Nkurunziza, realiza siempre viajes para jugar partidos de fútbol con su equipo, el Alleluia FC con motivos de detener los vicios en su país.
Sin embargo, en un partido disputado en la pequeña ciudad de Kiremba, el presidente no pudo gozar de la libertad de anteriores partidos para poder anotar goles, muy por el contrario, sufrió terribles marcas de dos jugadores congoleños que le dieron patadas por doquier. Cabe señalar que enfrentó a un equipo de refugiados congoleños.
Esto llevó a que el presidente mande a detener a dos integrantes de la organización del encuentro, uno de ellos fue Cyriaque Nkezabahizi quien era el entrenador del equipo local y que trabaja en la administración de la ciudad de Kiremba, además de su ayudante Michel Mutama.
El Servicio de Inteligencia Nacional los acusó por "conspiración contra el jefe de estado". Unos testigos de los hechos indicaron lo siguiente: "estos congoleños aparentemente no conocían al presidente Nkurunziza, porque lo intimidaban fuertemente, lo atacaban cada vez que tenía el balón y lo hicieron caer varias veces, mientras que los jugadores de Burundi fueron cuidadosos de no acercarse demasiado", declaracion para la agencia AFP.
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