Dos técnicos extranjeros que vinieron al Perú años atrás están en la palestra del fútbol mundial. Y es que Jorge Luis Pinto clasificó a Costa Rica al Mundial de Brasil 2014 y Jorge Sampaoli está a un paso de hacerlo con Chile; en ambos estrategas resalta una virtud: la disciplina, sin eso no se llega a nada.
Markarián tuvo ciertas licencias y la bicolor comenzó a obtener esta eliminación y no recién ahora ante una Venezuela que nos superó ampliamente.
El más claro ejemplo de que la disciplina es el punto de partida es precisamente el caso de Jorge Luis Pinto Afanador. El técnico colombiano llegó en 1997 sin mucha bulla a dirigir al equipo más complicado del país: Alianza Lima. Pinto era trabajador, apasionado y disciplinado.
Los referentes como Juan Jayo, Waldir Sáenz y Marquinho, no vieron con buenos ojos las exigencias de orden disciplinario que buscaba imponer el colombiano.
El recordado Jorge Luis predicaba con el ejemplo y a veces caía pesado, confesó el goleador histórico Waldir Sáenz. Incluso, un día cayó en casa de Juan Jayo y el aguerrido volante le increpó al estratega su obsesión por la disciplina y discutieron.
El Descentralizado tuvo como protagonista al Alianza de Pinto y en la última fecha, en Talara, Alianza ganó de manera espectacular a Torino y salió campeón nacional luego de 18 años.
La historia de Sampaoli.
Un día cualquiera, una banquita de la Av. Sáenz Peña servía de oficina para que un menudito hombre, con lápiz y papel en mano, siga apuntando cómo plantear un partido con la casaquilla del Sport Boys.
Jorge Luis Sampaoli tuvo un breve paso por el Aurich en 2002. Luego ancló en Boys (2002-2003) y desde aquella época cuando recorría Lima en combi, ya asomaba como un técnico con criterio y capacidad y pocos se dieron cuenta de sus virtudes.
Luego llegó a Bolognesi de Tacna (2004 y 2005) y tuvo más libertad para expresar sus conocimientos. Sporting Cristal (2007) lo fichó, pero la directiva de entonces no blindó al pequeño estratega, quien tuvo que irse en silencio porque quiso poner mano dura y no se lo permitieron.
La vida le dio la revancha y recaló en el club OHiggins de Chile (2008), y comenzó a enamorar al fútbol sudamericano con su labor. En 2010 llegó al Emelec de Guayaquil y el hombrecito comenzó a demostrar que los peruanos no supimos aprovecharlo. En 2011 arribó a una gran institución como la Universidad de Chile y él les dio una Copa Sudamericana.
La selección chilena entró en crisis con Claudio Borghi y eligieron al argentino Sampaoli, quien ahora los llevará al Mundial Brasil 2014. Le preguntaron entonces, cuál era la llave del éxito y respondió: la disciplina.