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Corrían 28 minutos del encuentro entre el Fenerbahce turco y el Chelsea, que ganaba por 1-0, cuando Diego Costa enfiló hacia el área turca en busca de su segundo tanto.
El hispanobrasileño se sacó un defensor rival con un amague, sin imaginar que estaba a punto de sufrir una de las entradas más malaleche de su carrera por parte del portugués Bruno Alves.
Alves le fue con los toperoles por delante y a media altura y estuvo a punto de impactar la rodilla izquierda de Costa, algo que hubiera sido catastrófico para la carrera del atacante. Igual la fuerza del impacto hizo volar al 'Lagarto', quien indignado por la acción fue a reclamarle con ira, desatando un conato de bronca. Felizmente todo fue un susto.
