:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/45FFDL4PZZBWJIS6FLRN4TC6TQ.jpg)
Le costó pero lo logró. La selección de Brasil superó 2-1 a su similar de Uruguay y se clasificó para la gran final de la Copa Confederaciones a jugarse este domingo.
Los charrúas tuvieron la gran chance de abrir la cuenta con el penal que Diego Forlán desperdició (12') después de una gran atajada de Julio César. Antes del final del primer tiempo (40'), Fred encontó un rebote y puso el primero del encuentro.
Apenas comenzada la segunda parte, Edinson Cavani de remate bajo (47') marcó el empate en el compromiso y se exigió al máximo para poder conservar ese resultado o darle vuelta al tanteador.
Sin embargo, con más desorden que fútbol, Brasil se fue a buscar el gol del desnivel y lo consiguió en un tiro de esquina que fue cabeceado por Paulinho (85'). De esta forma, la 'verdeamarella' espera rival para este domingo.
España e Italia definen mañana al otro finalista del torneo de la Copa Confederaciones. Uruguay jugará con el perdedor de este cotejo por el tercer y cuarto lugar.
LA PREVIA
Una dura selección uruguaya y el eterno fantasma del "Maracanazo" son los escollos que afrontará hoy Brasil con el objetivo de alcanzar la final de la Copa Confederaciones.
Con un Neymar en su mejor momento, Brasil parte como favorito, aunque los charrúas con Cavani, Suarez y Forlán ansían volver a ser el verdugo de los anfitriones.
El estadio Mineirão de Belo Horizonte, construido en 1965 a semejanza del Maracaná, será el escenario de este clásico sudamericano, más que nunca revestido con los ribetes de la historia de 1950.
Dudas en volante
El mediocampo presenta algunas dudas para Tabárez, que podría optar por una pareja de volantes curtida en el fútbol italiano: Egidio Arévalo Ríos, del Palermo, y Diego "Ruso" Pérez, del Bolonia.
En el sector ofensivo parece tener menos dudas, por lo que se espera que alinee al poderoso tridente ofensivo .
Partido en peligro
Para la hora de comienzo del clásico sudamericano está prevista una manifestación a la que podrían acudir 100 mil personas en el casco antiguo de Belo Horizonte, para protestar por el costo de la próxima Copa del Mundo y exigir mejores servicios públicos.. "El combate será inevitable", afirmó Martins Santana, comandante general de la policía de Minas Gerais. Además, el prefecto pidió ayuda al Ejército.
La policía avisó que no puede resguardar la seguridad de los aficionados que concurran al estadio Mineirao a presenciar el clásico sudamericano y pidió la suspensión del partido. La FIFA obliga a jugarlo.