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El estadio que albergó innumerables compromisos hoy luce irreconocible. El mítico e histórico Maracaná no luce el esplendor de hace algunos años. Césped en malas condiciones, arcos rotos, la tribuna sucia y más imperfecciones su sufre el recinto que fue sede de los últimos Juegos Olímpicos.
Los días pasan y el gobierno estatal y el Maracaná S.A argumentan que no tienen ningún compromiso de mantener el estadio en óptimas condiciones. Gran parte del mobiliario está arruinado y sin condiciones de ser usados por los clientes.
El último partido que se jugó en este escenario fue el partido amistoso organizado por Neymar, Zico y otros grandes personajes. En ese compromiso se visualizaron algunos problemas. Se dice, que por las noches, los perros callejeros invaden el campo.
Además, del lado de afuera del centro deportivo, testigos informaron a los medios locales sobre robos durante la noche y letreros destruidos. El pasto crecido también acompaña la triste escena. En 2013 se autorizaron más de 350 millones de euros como parte de las mejoras de cara a la realización del Mundial Brasil 2014, para tener instalaciones a tope. Sin embargo, a día de hoy la infraestructura ha decaído.
El Gobierno de Brasil afirmó que no es su responsabilidad el mantenimiento del estadio. La empresa que ganó el concurso de concesión informó que el Comité de Río de 2016 le entregó el escenario con reparaciones por ajustar, que nunca fueron perfeccionadas.
Según detalló 'El País', no hay luz desde hace una semana en el templo del fútbol carioca. Sencillamente el estadio ha quedado en el olvido para la población y dirigente de Río de Janeiro. El progresivo deterioro se produce a pesar de que se pagó un sobrecoste de 1.300 millones de reales, unos 384 millones de euros, en las labores de reforma para disputar el Mundial de fútbol.
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