La Audiencia Nacional ha condenado a 4 años de cárcel al dueño de una agencia por vender paquetes de viaje a 255 personas para la final España-Holanda del Mundial de Fútbol de Sudáfrica de 2010 con entradas que resultaron ser falsas, por lo que también le condena a indemnizar a 45 usuario que reclamaron este hecho.
En su sentencia, la sección tercera de lo penal obliga al acusado, Pablo Casanova Freije, a indemnizar a esas 45 personas con 1.500 euros a cada uno por los daños morales, así como a devolverles los 2.495 euros que abanaron por el paquete de viaje, salvo a once de ellos a los que ya les fue reintegrada esa cantidad en su día.
La Fiscalía de la Audiencia Nacional pedía para él 8 años de cárcel, pero la sala solo le condena por el delito continuado de estafa agravado por el valor de la defraudación y le absuelve de alzamiento de bienes por el que también fue juzgado.
Los paquetes de viaje incluían los vuelos de ida y vuelta desde Madrid a Johannesburgo, la entrada para el partido y los traslados al estadio. Sin embargo, al no disponer de dinero para comprar las entradas ni fletar el avión, se limito a adquirir 46 entradas falsas y a controlar un vuelo charter, acreditando el pago de este transporte con un recibo de transferencia también falso.
Contra esta empresa se sigue una investigación en Noruega por estafa por la venta de entradas para espectáculos que eran falsas o nunca se entregaban a los compradores, explica la sentencia. En su declaración en el juicio, el acusado admitió que contactó con la citada empresa porque le pareció solvente, ya que estaba recomendada por la FIFA, pero al llegar a Sudáfrica el mismo día del partido, para su "sorpresa", sólo le entregaron 46 de las más de 200 acordadas, que además resultaron ser falsas.
Aseguró también que, cuando algunos de sus clientes volvieron del estadio diciendo que las entradas eran falsas, dejó de repartir las que le quedaban y denunció el hecho a las autoridades de Johannesburgo.
En cuanto al flete del avión, el acusado contactó con Worldwide Charters Internacional, empresa dedicada al alquiler de vuelos chárter, y concertó con ella un contrato para fletar un avión por 575.400 euros que llevara a los clientes a Sudáfrica. La empresa le pidió que pagara por adelantado y Casanova simuló entonces dos transferencias por la cantidad total, alterando la página web del banco para engañar al proveedor de aviones.
Los 255 viajeros, algunos clientes directos de la agencia del acusado y otras de terceras agencias que habían subcontratado sus servicios, se trasladaron el 10 de julio a Sudáfrica y al llegar al estadio solo les entregaron las 46 entradas falsas dándoles varias explicaciones del por qué no tenían más. Cuando intentaron acceder con esas entradas, se las rechazaron, por lo que la mayoría (salvo algunos que consiguieron allí entradas por otras vías o se colaron) no presenciaron el partido.
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