Bayern enfrentará en semifinal con Lyon el miércoles 19. | Foto: REUTERS
Bayern enfrentará en semifinal con Lyon el miércoles 19. | Foto: REUTERS

Pese a la situación que nos toca vivir, el fútbol tiene el poder de seguir emocionándonos. Y esta vez fue con la.

En el Atalanta- PSG, el equipo italiano hizo un buen partido, pero no alcanzó contra la capacidad individual de Neymar y Mbappé. Igual, me parece que los franceses deberán mejorar su funcionamiento colectivo si quieren alcanzar la final.

El Atlético Madrid- Leipzig fue más parejo. Siempre es impresionante la capacidad de convencimiento que tiene Simeone sobre sus dirigidos. Respetaron su plan de juego hasta el final, incluso después de lograr el empate.

Y cuando todo parecía que estaba a su favor, volvieron al plan que más dominan, que es básicamente jugar a que no les hagan gol. Esta vez, no les resultó, pero es justo mencionar que, en el gol de Leipzig, la fortuna jugó a su favor.

Ojo, la intervención de la suerte es otro de los detalles que hacen emocionante este juego.

Ya hablando del Bayern- Barcelona, me gustaría mencionar que la gran superioridad alemana, no se debió a la aparición de una de sus figuras. Tampoco a la suerte. Me animo a decir que ni siquiera a que el Barza estuvo en una mala tarde. Bayern achicó los espacios de acción a su rival, con una línea defensiva que no dudó en avanzar (ni Neuer) cada vez que el Barza retrocedía.

Claro, venía acompañado de presión al poseedor de la pelota, quitándole tiempo para pensar. Con el balón en su poder, Thiago Alcántara manejó los tiempos eligiendo bien lo que necesitaba en cada momento, “en pared” con Goretzka. Súmale, la determinación para siempre buscar el gol de parte de sus atacantes.

Podemos buscar mil razones para este resultado, criticar algunas actuaciones de los “culés”, hasta se dirá que Setién es el culpable. A mi parecer, simplemente, el Bayern fue inmensamente superior y a veces no hay que buscar mucha explicación.

En el último encuentro, Lyon le cerró muy bien los espacios al City con un gran reparto de esfuerzos de parte de todos sus jugadores. El equipo de Guardiola tuvo la pelota, intentó ser profundo insistiendo por el centro, que era por donde había más jugadores del rival, olvidándose de utilizar todo lo ancho de la cancha. En el fútbol solo tener la pelota, no te asegura el triunfo.