Estar frente a la posibilidad de hacer historia como el primer técnico en clasificar a una selección Sub-20 al Mundial de la categoría y Juegos Olímpicos provoca emociones distintas, pero Víctor Rivera mantiene el equilibrio que lo caracterizó en su amplia carrera. El ‘Chino’ estuvo a solas con EL BOCÓN, confesó su anhelo de acceder a ambos torneos, tocó el tema de la disciplina en menores y la ausencia de Renato Tapia.
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Escribe Miguel Rojas
¿Fue complicado dejar a algunos jugadores de rodaje fuera de la lista?
Duele como ser humano y entrenador, pero son circunstancias asimilables. Es parte del fútbol y la vivencia. Veo convencidos a los 23 de dejar el cien por ciento en cada partido. Hay algunos que se sienten dentro de la lista final y bajan su rendimiento. Yo les pido que se porten como profesionales.
¿Qué pasó con Huamantica y Aguirre?
Habían muchos jugadores en su posición, lamentablemente quedaron fuera por ello. Son futbolistas con grandes condiciones.
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¿Es una ventaja no tener un grupo mediático?
Sí, porque muchos jóvenes que no saben controlar el ego se marean sin haberse consolidado. Siempre vengo con mi pastilla de ubicaína y les exijo comportamiento profesional.
Y no hay ningún look de reggaetonero…
Gracias a Dios los chicos son normales, yo respeto la moda de cada quien, pero no son tan extravagantes.
¿Cuánto perjudicará la ausencia de Tapia?
La asimilamos no hablando mucho del tema. Los que estén se encargarán de olvidar su ausencia. Ya está hecho y los lamentos no cuentan. Nosotros tenemos un grupo importante.
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¿Grupo o individualidades?
Si no somos fuertes colectivamente, individualmente no servirá. Tengo un grupo serio, compatible donde todos apuntan al objetivo. Existe respeto mutuo, nadie se cree estrella y eso es importante.
¿Siente ansiedad?
La experiencia de dirigir varios equipos, tres Libertadores, dos Sudamericanas y salir campeón nacional me brindó madurez. Me crea ansiedad ir paso a paso, pero tengo que ser el primer equilibrado emocionalmente para contagiar al grupo.
¿Mundial o Juegos Olímpicos?
Yo soy muy creyente y veremos hasta dónde nos lleva Dios. Nosotros queremos llegar al Mundial y tenemos los pies de plomo para pelear partido a partido por ese sueño.
¿No clasificar sería un fracaso?
Sería una frustración porque fracasan los que nunca lo intentaron. La palabra fracaso es muy dura. Yo nunca fracasé en ningún equipo, siempre me di al cien por ciento y el entrenador no juega solo.
¿Su futuro depende del Sudamericano?
Tengo tres años de contrato, pero se verá tras el torneo. Siempre estoy ligado a mis autoevaluaciones. Las hice en todos los equipos donde estuve.
Las indisciplinas estuvieron ligadas en menores como Deza y Manco...
Es un problema que no solo compete a los técnicos, sino también viene desde casa y debemos luchar contra ello. Ambos jugadores son de calidad importante, pero cuando declaran van reconociendo sus errores y eso es bueno para los jóvenes. El camino del fútbol es bastante serio. Todos los días aconsejo a mis jugadores.
Para cerrar, ¿qué le promete al hincha?
Yo nunca he prometido nada, que las cosas se den. Hay que ser positivos, asumir los partidos con fe e ilusión. Estos jóvenes necesitan ser cobijados y mi comando técnico se encarga de eso. Yo los veo dando el máximo esfuerzo para que el hincha se juegue completo.