Como años atrás, la selección peruana volvió a sufrir en los minutos finales (innecesariamente) y se dejó empatar, esta vez en los Juegos Panamericanos Lima 2019. La Sub-23 no supo manejar los tiempos ni la ventaja que tuvo enel partido por errores propios cedió dos puntos que complica su pase a las ‘semis’. La desesperación y la desatensión volvieron a recordarnos que un encuentro no se acaba hasta el final.
Escribe: Adriana Barrantes
1. Apareció Quevedo
Kevin Quevedo no solo fue uno de los mejores del partido por el gol. El volante fue un verdadero dolor de cabeza para la defensa hondureña, que en reiteradas ocasiones tuvio que trabarlo para frenar su incursión en el área de Alex Güity.El volante jaló marcas, distribuyó balones, encaró y se atrevió a mostrar su fútbol. Además, se asoció bien con Yamir Oliva y juntos hilaron las jugadas de peligro más claras que tuvo la selección.
Tras su tanto, se llenó de confianza y buscó aumentar su cuenta personal. Apareció en un partido importante y su presencia fue fundamental.