Agustín Lozano es el actual presidente de la Federación Peruana de Fútbol (Foto: AFP)
Agustín Lozano es el actual presidente de la Federación Peruana de Fútbol (Foto: AFP)

En la Guía de Medios de la para la Copa América 2021, finalizada hace poco, una página entera fue dedicada al presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), . Nadie más tuvo ese privilegio. Ni los mejores jugadores de la selección ni ni los que lograron las hazañas de 1939 y 1975 como “Lolo” Fernández, Teófilo Cubillas o Hugo Sotil. Un dirigente era lo máximo que presentaba la blanquirroja. ¿Juegan los dirigentes? Muchos dicen que sí, pero en nuestro caso parece que juegan para sí. Es evidente que en el caso de Lozano, el objetivo parece ser utilizar a la selección para su campaña de imagen con miras a las elecciones que se vienen en la FPF.

Uno de los grandes sinsabores en la última Copa América ocurrió en las semifinales ante Brasil, cuando el árbitro chileno Roberto Tobar no cobró un penal a favor de Perú por mano de Thiago Silva.

“Se dejó todo en el campo. Que nos asignen un árbitro así un día antes de un partido tan decisivo me parece impertinente y más aún para que nos humille e insulte dentro del campo”, dijo Renato Tapia luego de la derrota ante los dueños de casa.

“Hubo un penal claro en el primer tiempo. Fue mano de Thiago Silva (…) No te podías acercar a hablar con el colegiado porque ahí insultaba a los compañeros”, reveló el arquero Pedro Gallese.

Los jugadores lo dejaron todo, pero ese esfuerzo no fue acompañado por la dirigencia, encabezada por una persona que apuesta solo por sus intereses. No le interesa protestar o golpear la mesa en la Conmebol. ¿Los dirigentes no pueden hacerlo? No lo creo. Para muestra un botón, la revista El Gráfico publicó el 25 de julio de 1995 que luego del partido que Brasil venció 2-1 a Argentina en las semifinales de la Copa América de ese año en Uruguay, el presidente de la AFA, Julio Grondona, pateó la puerta del camarín del árbitro peruano Alberto Tejada y gritaba “sos un ladrón, igual que tu papá, delincuente, hijo de p…”

Nadie pide que Lozano y su dirigencia lleguen a esos niveles de histeria, pero por lo menos hubieran sido más firmes que esa tímida carta enviada a la Conmebol denunciando al árbitro Tobar por maltratar a los jugadores de la blanquirroja.

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