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El gran reto del ‘Tigre’ Gareca al mando de la  era, sin duda, encontrar la solidez en la línea defensiva. De esta manera, el equipo obtendría fuerza y tranquilidad en el ataque, y tendría la confianza de poder debilitar al rival en cualquier momento. 

En una de las últimas conferencias del estratega de la , luego del triunfo ante Uruguay para ser exactos, el técnico manifestó que el equipo estaba logrando esa solidez anhelada, pues gracias a ello, reaccionaba rápido elaborando jugadas que terminaban levantando o volteando un partido de vital importancia.

Por ello, en la práctica de la mañana en la Videna, el entrenador de la  decidió evaluar el rendimiento de sus defensas dividiéndolos en dos grupos.

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El grupo A de la  estuvo conformado por los laterales Luis Advíncula por derecha y Nilson Loyola por izquierda, mientras que la pareja de centrales fue conformada por Christian Ramos y Alberto Rodríguez. En el grupo B, como lateral derecho estuvo Aldo Corzo, seguido de los centrales Miguel Araujo y Anderson Santamaría, y como lateral izquierdo, un jugador de la selección peruana Sub-18. Estos dos grupos acompañados de sus contenciones: Renato Tapia, Pedro Aquino y Yoshimar Yotún, este último alineó en los dos grupos.

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La idea del ‘Tigre’ fue realizar un trabajo en el que sus líneas puedan ejercer la marca de hombre a hombre sin perder la posición en la zona, con el fin de generar presión en el contrincante y así recuperar rápido el control del balón. Sin embargo, esta estrategia de la  necesita de defensas con un buen estado físico, pues el desgaste es uno de los factores en contra. Si uno sale a marcar al rival, los demás deberán establecer movilidad en la zona; en caso la marca personal no funcione, la posición de los otros defensas será fundamental para que el balón pierda el rumbo.