Ricardo Gareca, Paolo Guerrero y compañía tienen una dura misión este martes con la selección peruana. Quieren limpiar la imagen de este equipo que jugando fuera de casa no sabe complicar a sus rivales. No es más el equipo de buen toque del 2015; ahora juega de forma pragmática para arañar puntos. Tiene limitaciones y es consciente de ellas.
Escribe: Elkin Sotelo Conde @Elkinsot_DT
1. Aplomo. La selección peruana que dirige Ricardo Gareca tendrá que demostrar temple y carácter en Santiago de Chile, una plaza especialmente difícil por el clima hostil que se vive al tratarse de un clásico de Sudamérica. De hecho, hay un antecedente positivo porque en la Copa América del 2015 y con el propio 'Tigre' como entrenador, Perú estuvo a la altura del compromiso y jugó a gran nivel en Santiago y con un clima adverso evidente, aunque perdió el encuentro tras jugar gran parte del partido con 10 hombres por la expulsión de Carlos Zambrano.
2. Contundencia. Chile es un equipo que viene herido, pero que no deja de ser un grupo que viene trabajando buen tiempo juntos y han conseguido grandes títulos. No será común que dejen muchos espacios o que brinden facilidades al ataque de la selección peruana. Por ello, Paolo Guerrero, Raúl Ruidíaz, Christian Cueva y otros elementos de avanzada, tendrán que aprovechar la mínima circunstancia o propiciar el error local. Y definir apenas tengan la oportunidad. Ahora más que nunca no se puede perdonar.
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4. Cabeza fría. Los encuentros contra Chile siempre llegan aderezados por cosas ajenas al fútbol y es que en tiempos de redes sociales y medios de comunicación tan diversos, es inevitable que algún comentario desatinado aparezca por cualquier sector. Por esto es que en los últimos dos partidos ante los mapochinos, la selección peruana ha salido a jugar con una vehemencia y agresividad distorsionada. Y, por el contrario, los chilenos han tenido mayor clase para aprovechar que su rival salía con una actitud pasada de revoluciones. Prueba de ello es la patada absurda e innecesaria de Carlos Zambrano a Charles Aranguiz en la Copa América del 2015 o el pelotazo al rostro que Christian Cueva le dio a Jorge Valdivia en la primera fecha de las Eliminatorias. Jugando con 10 hombres, la bicolor siempre perdió.
5. Estilo. Ricardo Gareca ha ido modificando la forma de jugar de la selección; en el 2015 se enfurecía si los centrales peruanos salían de problemas reventando la pelota y pregonaba el toque y el fútbol con toque limpio. Carlos Ascues era uno de sus preferidos aun cuando ofrecía maniobras de infarto en la última línea. Cueva era un extremo izquierdo con tantas tareas de marca como de incursión en ataque. Ahora la selección de Gareca tiene un fútbol más pragmático y menos romántico. Esto también porque los malos resultados obligaron al técnico a tomar decisiones de urgencia. Perú ahora prescinde del buen pie de algunos elementos a cambio de mayor rapidez, roce y presión. Sin embargo, su identidad parece estar todavía en vías de construcción a pesar de estar ya casi eliminados, pero con deseos de proyectarse a futuros propósitos.
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