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A más de uno le quedó la sensación de que la selección peruana no mereció perder ante la selección de Dinamarca. El gol de Poulsen nos dejó helados, casi al borde de la incredulidad, pero hubo argumentos para destacar cuando fuimos al ataque.
A la selección peruana le faltó manejar mejor el partido, golpear cuando tuvo que hacerlo y definir. No encontró la forma de penetrar la valla de Schmeichel y le faltó fortuna para lograr ese gol. Pese al esfuerzo, caímos ante los daneses. Aquí dejamos las cinco claves.
1. Demasiada presión
El buen ánimo en la interna de la selección peruana quedó de lado cuando saltaron los once inicialistas a la cancha. El nerviosismo los dominó y la presión tuvo lugar. La expectativa por lo que Perú podía hacer fue grande y, pese a no ser un factor determinante en un resultado, se sintió en el juego. Pasó factura.2. Poca experiencia
Los 36 años sin jugar un Mundial también afectaron a la selección peruana. No tenemos la experiencia de otras selecciones; sin embargo, eso no nos hace menos que ellas. Ante Dinamarca, no fue la excepción. La superamos en varios pasajes del juego, pero estamos aprendiendo a competir a nivel mundial.
3. Mala fortuna
La suerte jugó un papel especial en el encuentro de ayer. Más allá del penal errado por Cueva con la selección peruana, que se justifica por el nerviosismo del jugador, no tuvimos la fortuna para que los balones ingresaran al arco de Schmeichel. Los desbordes de carrillo y el taco de Guerrero pudieron tener un final mejor.4. Hay que pegarle
La selección peruana intentó remates de larga distancia en el primer tiempo. Carrillo, Tapia y Farfán ensayaron disparos que no tuvieron éxito; pero sucedieron. En el segundo tiempo, apostamos por llegar al arco rival por el frente del área. Pisamos la zona de peligro, pero faltó pegarle desde allía. Pudo resultar.5. Fue una muralla
Una mención aparte es la actuación del arquero danés Schmeichel. El gigante escandinavo respondió con creces a las exigencias de la selección peruana. Atajó cuando estuvo en peligro y le dio seguridad a su defensa para empujar desde atrás ante el ataque bicolor. Fue clave para mantener el cero.
