¿Jugar bien o ganar?
¿Jugar bien o ganar?

Es una interrogante muy común en el ambiente y no hay duda que suenan muy convincentes frases como; “Lo importante es ganar” o “A mí no me gusta perder ni a las bolitas”, lo cual es una obviedad. Es como decir; “Yo quiero mucho a mi madre”, no creo que por decirlo más fuerte te conviertas en mejor hijo o la quieras más que alguien que no lo diga o lo haga en voz baja.

Por supuesto que todos jugamos para ganar, no conozco a nadie que compita en algo con la intención de no lograr ese objetivo. No se trata de jugar lindo, muchas veces no se puede porque el rival no te lo permite, pero la intención de jugar bien aumenta la probabilidad de ganar más partidos de los que se pueden perder, y esa tiene que ser la búsqueda, eso es lo que debemos entrenar, con el sistema o estilo que se prefiera, no debe faltar nunca la intención de jugar bien. Sin disponer de la pelota (circulándola con sentido) es imposible lograrlo, no es verdad que un equipo juega bien cuando consigue un buen resultado destacándose por cerrar los espacios para que el rival no anote, podríamos decir que este equipo defendió bien, pero eso es el 50% del juego, faltó la otra mitad.

Así como no se puede decir que un equipo jugó bien porque tuvo mucho tiempo la pelota, siempre buscó atacar y en ese afán le crearon varias situaciones de gol. Distinguir las acciones que el juego va presentando y poder dominar cada una de ellas, es lo que hará que un equipo juegue cada vez mejor. Un factor muy importante es la influencia de la suerte en el juego y el jugar bien no lo puede controlar, pero disminuye el porcentaje de aparición; mientras menos aparezca la suerte, ganará el que mejor juega.

Volviendo a la pregunta, considero que encierra una pequeña trampa escondida pues no creo que sean dos cosas de distinta naturaleza, para ganar hay que jugar bien (al menos siempre intentarlo), hay que repartir los esfuerzos cuando tenemos la pelota (mostrándonos siempre como alternativa de pase, a veces sólo quedándose parado) y repartirlos cuando no la tenemos con la intención de recuperarla y volver a tenerla, o alguien podría decir que; ¿para ganar hay que jugar mal? Otra cosa, es que haciendo todo mal en un partido de fútbol puedes ganar, y haciendo todo bien perder, pero nunca se pierde por jugar bien, esa nunca es la razón. Que el resultado de un partido no nos haga confundir en el análisis del mismo.