ESCRIBE HORACIO ZIMMERMANN Por una senda gloriosa deambula Claudio Pizarro, al borde del campo. La mirada fija en el cielo. De pronto, iza los brazos, cierra los ojos y la muchedumbre calla, aplaude, mientras él agradece a Dios. El brasileño Wesley detiene el balón por la banda derecha y avanza. Un metro, dos, envía un centro a media altura al corazón del área, aparece Pizarro y ¡GOL! ¡Apareció el peruano! ¡GOOOOOOOOL! Claudio Pizarro acaba de entrar en la historia de la Bundesliga, señores. ¡GOOOOOL! Acaba de anotar su gol número 134 y es el artillero histórico extranjero del fútbol alemán. ¡GOOOOOOOOL! Claudio detiene el paso y respira hondo. Desciende la mirada y se topa con brazos despejados, que esperan por envolverlo en señal de brindis. A los 75 minutos lo hizo Pizarro, de zurda. Entró solo en el área, contra tres defensores, y anotó el 4-1 del Werder Bremen sobre el M'gladbach. Lo había buscado durante cinco meses, en medio de lesiones que se lo impidieron. Ayer, 23 de octubre del 2010, el "Bombardero de los Andes" inmortaliza su nombre en los relatos, crónicas, fotografías e imágenes de televisión. Fue el cuarto El gol significó el cuarto del Werder Bremen ante un Borussia Monchengladbach, que en los últimos cinco partidos ante el Bremen vio cómo Claudio Pizarro le anotaba seis goles. Siendo éste último el que más se recordará. El "Bombardero" festeja. En su mente no cabe otra palabra más que la de felicidad. Desde cada rincón de Bremen lo idolatran, lo recuerdan. Y como toda tradición futbolera, el técnico Schaaf decide cambiarlo para la ovación, prolongada, pese a estar en casa ajena. Antes habían anotado Marin, Wesley y Hunt para la visita, mientras que Mertesacker marcó en su propia valla lo que fue el descuento para los dueños de casa.