
No siempre el corazón de nuestras chicas, más el aliento de una hinchada ilusionada, que ensordece el coliseo, definen un partido. Hace falta juicio para colocar un balón. El temperamento no lo es todo.Perú, con más corazón que cerebro -léase ganas sobre inteligencia- se despidió ante su público con una derrota por 3-1 (con parciales de 19-25, 25-22, 23-25 y 17-25) ante una República Dominicana que se aprovechó de la inociencia de nuestras jugadoras, que pusieron el alma en la cancha, pero, otra vez, se conformaron con un segundo puesto en la Copa Unique. Nos reponemos En el primer set, las peruanas se estamparon ante un potente saque de República Dominicana, que sumó diez puntos consecutivos por esta vía. La diferencia si hizo enorme y, pese a la reacción nacional, las dominicanas terminaron por ganar 25-19.Sin embargo, el ímpetu que le pusieron nuestras chicas salió a relucir, en su máximo esplendor, recién en el segundo parcial. Por ello, Perú se impuso 25-22 en un set muy peleado y que pudo ser para cualquiera. Ilusión gastada Ya en el tercer set, nuestras jugadoras nos vendieron una falsa ilusión. Tras ir ganando 21-19, nos dejamos empatar y ganar 25-23. Finalmente, en el cuarto y último parcial, no pudimos ante la potencia de las dominicanas que nos vencieron 25-17.