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'Mamá guerrera’. Es así como llaman a Petronila Gonzales, mejor conocida como doña ‘Peta’. El apelativo no nace del apellido que ostenta su hijo -Paolo Guerrero-, uno de los futbolistas peruanos más reconocidos en el mundo, sino por su carácter, constancia y enseñanzas a lo largo de 31 años, todos esos preceptos que hicieron al delantero que todos conocemos.
Escribe: Fiorella Vidal
Hoy, la madre de Paolo Guerrero no puede contener la emoción al hablarnos sobre el nuevo estadio que se inaugurará a fines de julio en el distrito de Pusi, en Puno, y que llevará el nombre de su “engreído”, como ella misma admite.
En una entrevista exclusiva para EL BOCÓN, doña ‘Peta’ habla sobre el recinto que albergará a más de 2 mil personas y que llevará el nombre de su hijo; además, se anima a revelar algunas historias sobre el ‘Depredador’.
¿Por qué cree que han elegido el nombre de su hijo para bautizar a este estadio?
Le tienen mucho cariño, es una alegría. Significa una emoción grande para mí que le hayan puesto el nombre de mi hijo a un estadio. No lo creí al principio, pero terminó siendo cierto. No he podido decirle nada a Paolo todavía, todo se ha coordinado rápido, pero más tarde, sentada y tranquila, se lo contaré.
¿Será una gran noticia para él?
Le va a dar una felicidad plena. Es la segunda vez que tienen un reconocimiento con él. En Huacho hay un complejo deportivo que lleva su nombre. Ahí estuve yo, en la inauguración. Ahora no podré ir a Puno por la presión y el tiempo. Me da mucha pena, hubiese querido estar ahí, pero ya habrá oportunidad. Incluso, él mismo podrá visitar el estadio en algún momento.
¿Cómo está viviendo Paolo esta nueva etapa en Flamengo?
Ni bien ha llegado se ha hecho querer por todo Río de Janeiro. Me dio mucho gusto, una emoción realmente tremenda que no puedo describir con palabras. Al principio, no pensé que querían tanto a mi hijo en Brasil. Sabía que tenía su hinchada como la hay en todos los equipos, pero no así, con tanto fervor y siendo de otro país. Conquistar un país es difícil, pero mi hijo lo hizo, conquistó Brasil.
Los hinchas corean el nombre de su hijo en Brasil. Le dicen ‘matador’, ‘terror’…
Yo estuve en el Maracaná alguna vez. Los he visto gritar y emocionarse, a veces no entiendo lo que dicen (risas)… Aún no domino bien el idioma, hablan muy rápido. En Alemania estuve más tiempo y tampoco dominé nada.
Paolo tuvo su historia con Corinthians, le dio triunfos, pero algunos hinchas lo criticaron por su salida. ¿Qué piensa usted sobre ello?
Los jugadores hoy están aquí y mañana o pasado por allá. No tienen un lugar seguro, no es que se quedan en un lugar necesariamente toda la vida. Necesitan crecer profesionalmente. Ellos (los hinchas de Corinthians) deben entender que lo que busca un jugador es profesionalismo, necesita surgir. El fútbol no es para toda la vida. El fútbol a veces es hasta los 36 años, no más. Él tiene que ver su futuro también. Aunque Paolo tiene piernas para rato y es que siempre se ha cuidado mucho. Desde los 4 años, que empezó jugando en una academia, luego a los 7 que se fue a Alianza Lima y a los 16 que ya apuntaba a la profesional.
Él nunca oculta su amor por Alianza Lima. Los hinchas piden que cuando se retire sea jugando por ese club. ¿Le ha expresado su deseo?
Sin duda, él quiere terminar su carrera en Alianza Lima, él siempre me lo dice. Eso va a ser muy bonito, yo también quiero verlo ahí. Fue emocionante verlo hace poco vestido con los colores blanquiazules para el partido en el estadio Matute. Ahí empezó, ahí termina. Uno debe terminar lo que empieza… Uno siempre tiene que volver al lugar donde fue feliz.
¿Cómo es Paolo cuando ve los partidos de Alianza? ¿Han tenido la oportunidad de ver algunos juntos, últimamente?
Sí, ha habido varias veces que nos hemos sentado a ver partidos de Alianza Lima. Él siempre es blanquiazul, le gusta que le compre todo con esos colores. Me dice: “Mamá, cómprame blanco o azul porque soy de Alianza”. Él es aliancista al cien por ciento y eso nadie se lo va a quitar. Reniega con los partidos como todo hincha. Comenta sobre uno u otro jugador, pero como todos, así es el fútbol.
¿Cuál es la proyección de Paolo cuando se retire del fútbol? ¿Ha pensado en la posibilidad de ser técnico?
Ahora de lo único que Paolo me habla es de fútbol: “Yo solo pienso en el fútbol. No tengo nada que ver con otras cosas. Déjame con mi fútbol”, me dice. Por eso, él llega a ser grande, porque si fuera lo contrario, no avanzaría.
¿Cómo es Paolo fuera de las canchas? Debe ser su engreído…
Sí, Paolo es el engreído de la casa, el último de mis cuatro hijos hombres. La relación es muy buena entre ellos. En Navidad, todos nos juntamos o para su cumpleaños, que es el 1 de enero.
El primer día del año…
Él nació a las 12:00, medianoche. Tiene una historia muy graciosa sobre su nacimiento (risas)… Exactamente nació a las 12:06, mientras la gente festejaba el nuevo año 1984, en el hospital, yo estaba pujando. Recuerdo que hubo apagón. Y realmente fue el primer niño de ese año, porque al chico que se le dio ese título en la maternidad había nacido a las 12:20. ¡Cómo pasé eso! Pero bueno, ahora él está triunfando. Todo lo que un hijo logra es un orgullo para la mamá, porque sabes que no trabajaste en vano. Para una madre, un hijo nunca deja de crecer, uno lo ve cada vez más grandote, pero yo lo veo chiquito. Uno siempre debe estar detrás de los hijos.