Cuando el Barcelona pedía la hora y no podía concretar el tanto que le de la tranquilidad en la final de la Supercopa de España, Lionel Messi tuvo la gran oportunidad de cambiar todo.
Al minuto 88, una clara falta sobre Pedro fue sancionada como pena máxima y el argentino enfrentó el desafío, pero su remate pegó en el travesaño alimentando la angustia en la grada.
A los pocos minutos, más que respirar de felicidad por el título conseguido, los jugadores del Barcelona, incluido Lionel Messi, respiraron profundo porque pudieron conseguir la Supercopa.