A pocos días de jugar el Mundial de Clubes, Paolo Guerrero sufrió una lesión a la rodilla. Cuando todos pensaban que no viajaría, el fisioterapeuta Bruno Mazziotti se encargó de desterrar aquellos fantasmas y, a base de mucho cuidado y dedicación, fue el artífice de recuperar a tiempo al que ahora es el héroe máximo del Corinthians.
La lesión era muy grave: un estiramiento a uno de los ligamentos colaterales de la rodilla derecha le iban a dar al Depredador un descanso de hasta 15 días. Incluso Tite estuvo a punto de buscar un reemplazo en los viajeros hacia Japón.
Sin embargo, Mazziotti tuvo la enorme misión de recuperar al peruano. Su experiencia con el astro Ronaldo -antes de trabajar en el 'Timao', fue su fisioterapeuta personal- le daban el aval de que el trabajo iba ser exitoso.
No fue un milagro, fueron las primeras palabras del buen Bruno al Tribuna Hoje, de Brasil, fue dedicación y trabajo. Él es un jugador aguerrido, que se dedicó enteramente en su recuperación y no dormimos hasta que se encontró bien. Y miren ahora, coronó con goles en semifinales y final. Todo es mérito del departamento médico, dijo.