Escribe Rolando Rodríguez
Joel Sánchez, volante de la Universidad San Martín y de la selección, fue suspendido dos años por la FIFA al dar positivo en el examen antidopaje en el partido contra Bolivia en La Paz por la Eliminatoria, y desde allí es el jugador más buscado por los medios. Nunca habló y su silencio trocó en dolor cuando el 1 de marzo supo del fallo de la Comisión Disciplinaria del máximo ente rector del fútbol mundial.
Según la prueba y contraprueba, Joel consumió metilhexaneamina (sustancia incluida en la lista de prohibiciones de la Agencia Mundial Antidopaje) en el choque contra los altiplánicos el 12 de octubre de 2012. El castigo del peruano corre a partir del 22 de enero de 2013 y la medida se aplica a todos los encuentros, incluyendo amistosos y oficiales, a nivel local e internacional.
A esa edad es duro saber que no volverá a desbordar por la banda izquierda en el fútbol peruano.
Cómo te sientes ahora?
Con mucha preocupación, porque aún no se ha reducido la sanción de dos años sin poder jugar. En estos días presentaré una apelación y espero que las cosas mejoren. Siento mucha incertidumbre, pero la alegría que hay mucha gente que me está apoyando.
La Universidad San Martín ha sido vital para que continúes con tu vida como futbolista?
Sí, de hecho. El equipo completo me viene apoyando. El profesor (Julio César) Uribe me deja entrenar y me da charlas como si yo estuviese en el equipo titular, como un jugador más, y los dirigentes están ayudando, conjuntamente con la Federación Peruana de Fútbol (FPF), en intentar que se reduzca la pena que me han impuesto. De no haber recibido tanto apoyo no sé qué hubiese pasado conmigo. Les debo mucho y les agradezco todo lo que están haciendo.
Cómo convives con esta situación de entrenar con el mismo ahínco que tus demás compañeros, pero no estar presente en el partido del fin de semana?
Es muy duro para cualquiera. Los peores momentos los pasé cuando el equipo venía con derrotas consecutivas. Me moría de ganas de estar en la cancha y aportar un poquito de lo mío, me deprimía cuando veía al equipo perder. Ahora las cosas están marchando un poco mejor y el equipo viene realizando mejores partidos. Las ansias han disminuido, pero aún están ahí.
Consumiste una sustancia indebida (metilhexanamina) por ignorancia, por exceso de confianza en tu entonces nutricionista Rubén Hinojoza?, cómo describirías ello?
Yo llevaba trabajando casi tres años con el mismo nutricionista (Hinojoza) y cuando me propuso tomar ese suplemento (para aumentar masa muscular), confié en él, en que no me haría daño. No consulté con los médicos de la San Martín y bueno, el resto ya es historia conocida. Fue culpa de la desinformación y el exceso de confianza.
Te ocurrió en el mejor momento de tu carrera?
Puede que sí, venía haciendo las cosas bien en la San Martín y ya era convocado por la selección. Las cosas fueron totalmente inesperadas. Ahora solo espero que con la ayuda de Dios pueda salir de este mal momento.
Asumo que no solo debes apoyarte de tu fuerza interior, sino de otros cimientos como tu familia.
Ahí entra mi esposa Nataly y mis hijas Amiara y Kalet, ellas son mi empuje, las que me apoyan en todo momento y me brindan esa fuerza necesaria para levantarme en cada entrenamiento. Este momento es duro tanto para mí, como para ellas, pero sé que pronto llegarán días mejores, de felicidad.
Si te dijeran que augures tu próxima actuación en un partido oficial. Cuán sería lo distinto que pondrías, después de tanto tiempo sin jugar?
Tendría más corazón que las otras veces, pondría hasta lo que no tengo. No pararía de correr, de intentar, de seguro me equivocaría mucho en ese primer partido, pero no me cansaría nunca. No sabes cómo se extraña no poder jugar un partido oficial. Es muy duro todo esto y espero que se acabe pronto.