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Desgracia. Un partido en el campeonato estatal del fútbol brasileño terminó de la peor manera con la muerte de dos personas. El arbitró acuchilló a un jugador (Josemir Santos Abreu) que lo había golpeado e insultado tras expulsarlo.
Pero esto no fue todo, porque los familiares y amigos del futbolista no aguantaron sus deseos de venganza entrando al campo para atacar a Jordão da Silva.
La información de la policía asegura que lo amarraron, le lanzaron piedras, lo descuartizaron y colgaron su cabeza de un poste. Lamentablemente un día de deporte terminó convirtiéndose en una escena de terror.