Escribe: Renato Landivar Cano
Desde su debut en el fútbol profesional en 1999, Julio Edson Uribe ha sabido llevar sobre sus hombros el peso de su apellido. El ser hijo de Julio César Uribe no es sencillo, debido a las comparaciones que surgen en el camino. Sin embargo, con 31 primaveras cumplidas el Diamantito le confiesa a EL BOCÓN haberse hecho un lugar en balompié nacional a punta de sacrificio y empeño.
Hace unas semanas enfrentaste a tu padre (Julio César)...
Sí, ya lo hecho anteriormente, si no me equivoco, son tres ya, pero hasta el momento no le he podido ganar. Espero que este año pueda sumar el primer triunfo ante él.
Y cómo es Julio César como entrenador?
Es exigente, de hecho, como entrenador a mí me exigía el doble en todo momento. Pero durante las prácticas, la relación siempre era de entrenador-futbolista. Una vez fuera de ellas, era padre e hijo.
Qué opinas de quienes alguna vez te criticaron por estar en el equipo de tu papá?
Respeto todas las opiniones, sé cómo es esto, lo hacen porque quieren despertar el morbo, es su forma de vender, pero cuando él era el entrenador siempre yo me gané un lugar por mérito propio, nunca hubo preferencias. Siempre existirán las comparaciones, incluso reconozco que mi mejor nivel lo logré cuando estuve bajo su mando.
Descartas jugar en un equipo de tu papá nuevamente?
Para nada, si se da sería otra buena experiencia.
Julio César declaró que tú siempre mostraste un buen nivel, pero el apellidarte Uribe te ha generado muchos anticuerpos. Tú lo has sentido así?
En realidad sí, el apellido Uribe pesa demasiado, pero yo me siento orgulloso de llevarlo. Me ha generado mucho anticuerpos quizás, pero sé que mi papá se esforzó muchísimo para ponerlo en alto.
Crees que ya te has ganado un nombre en el fútbol peruano?
Por supuesto, a base de esfuerzo y sacrificio.
En Alianza dicen que eres el papá más chocho...
Dicen que soy el papá del año ja, ja, ja... Tengo un hijo de cinco años, al que quiero y cuido mucho, lo recojo del nido y ando todo el día con él. Siempre trato de estar a su lado, ya que son niños una sola vez y hay que aprovecharlo al máximo.
Cómo te sientes al culminar la pretemporada satisfactoriamente?
Tranquilo, ha sido una buena pretemporada, me recuperé del esguince que sufrí el año pasado. Este año he comenzado y espero no tener lesiones, ojalá termine igual.
Pero con respecto a las oportunidades en el primer equipo, todo está cuesta arriba?
Sí, yo me he esforzado, pero el profesor es quien elige el once y juega quien está en mejor nivel. Tiene una base, pero espero ganarme un lugar en el once.
De no ser así, buscarías oportunidad en otro equipo?
No, para nada. Soy un hombre de retos, nunca me corro ante las dificultades y voy seguir trabajando de la misma forma, para ganarme la confianza del profesor Sanguinetti.
Si en lo individual quieres terminar el año en el equipo titular, cuál es tu meta en lo colectivo?
Como todo jugador, quiero campeonar. En los últimos años Alianza se ha privado de ello, pero esperamos terminar con esa sequía de títulos, para darle una alegría al hincha.
Cuando te retires como futbolista, esperas seguir vinculado al fútbol?
Siempre, este año estoy por terminar en la Videna mi curso para ser entrenador, porque tengo ganas de dirigir. Eso sí, no quiero entrenar equipos de Primera División, si no en menores, porque quiero tratar de brindarle a los más jóvenes lo que he aprendido.
Las divisiones menores se han descuidado mucho en el fútbol peruano?
Se ha mejorado, pero igual hay que apostar por los menores y trabajar en ello. No solo en el tema táctico y físico, también en lo sicológico, hacerles entender que no por perder son los peores ni por ganar, los mejores. Hay mucho que cambiar.