Hay fiesta en Trujillo. Hay pecho, sonrisa y juego encendido, encandilado. Poético. César Vallejo al fin logró ganar en casa tras cinco empates conseguidos en la Liguilla. Además, las opciones de alcanzar la Sudamericana son más reales. Más razones?, Cristian Zúñiga y sus dos goles -uno de ellos preciosista- conquistó a un pueblo sediento de fútbol. Y a su técnico que estuvo a punto de cambiarlo. Tras un primer tiempo parejo, con los cerebrales opacos en ambos onces, los primeros 45 fueron para el olvido. Sólo para las estadísticas. Par el segundo se encendieron los motores. Se encendió uno, Cristian Zúñiga. A los 14' David Soria acomodaba la pelota para el tiro de esquina y en la banca el "Pompo" agitaba el cuerpo para reemplazar a un deslucido Zúñiga. Iba a entrar pero el técnico Viera prefirió esperar a la siguiente jugada. Acertó. Zúñiga se elevó y de testazo marcó el 1-0. Tres minutos después, otra vez en el corazón del área recibía un balón para lucirlo elegante con el pecho y de bolea fulminar al portero Ferreyra para anotar el 2-0. Golazo. A los 43 Mayme fue expulsado y todo quedaba sentenciado. Mansiche pasó de frío a fiebre. De ese sinsabor de lo aburrido al sueño de cruzar fronteras merecidamente. Por eso sonríe. Está más cerca de una competencia internacional por primera vez en su historia. A dos fechas, el sueño no muere. Ahora más que nunca se respira. Y vive.