No hace mucho Alexi Gómez alcanzó un pico de rendimiento importante con Universitario de Deportes. Sus condiciones le permiten destacar con notoriedad en un torneo local con una exigencia que no sobrepasa ni fastidia sus dotes. Sus condiciones, precisamente, le dan licencia para ceder ante las tentaciones y descuidar el cuidado físico y mental que un jugador profesional debe tener como decálogo. Más si es un futbolista en proceso de consolidación y con opciones de emigrar a un fútbol de mayor nivel en busca de su crecimiento profesional.
ESCRIBE: JOSÉ BRAGAYRAC
Alexi Gómez llegó en el 2013 a Universitario de Deportes con mucho futuro. Destacó, lució, pero al mismo tiempo ciertos rumores de indisciplina fueron lastimando su imagen. Así hasta el 2015, donde quebrado por lo extrafutbolístico terminó en el fútbol de Suecia. Pasaría por Chile, donde también hubo noticias de indisciplina para recaer nuevamente en Universitario de Deportes.
Siempre con aires de crack, siempre eligiendo a la prensa con quién hablar y siempre con la promesa de ser mejor y cambiar. Y otra vez el círculo vicioso, jugar, destacar y quedarse ahí. Tras su última convocatoria a la selección peruana, Alexi Gómez fue desapareciendo de Universitario de Deportes. Su rendimiento se redujo, se estancó y fue pasando desapercibido. El último domingo, mientras su equipo debutaba en el Clausura, él al parecer optaba por vestirse de corto pese a estar suspendido y jugarse una pichanga. Al menos así lo delataron unas fotos publicadas en redes sociales y denunciadas por los propios hinchas de Universitario de Deportes.
Alexi Gómez ponía en riesgo su condición física, la principal herramienta de un futbolista profesional, para jugar un partido informal en una canchita de fulbito. Denotaba. además, desapego al interés general del plantel de Universitario de Deportes, que se jugaba su estreno y -aunque no era obligatorio- sí pudo ser una buena señal que incluso los que no juegan, estén con el equipo. Como así lo hizo Alberto Rodríguez.
¿Por qué un jugador profesional como Alexi Gómez opta por jugar una pichanga cuando su equipo juega? Existen mil razones, pero denotan poco cuidado por su aspecto físico. Y también advierte de un círculo cercano, íntimo que no lo sabe aconsejar mucho. O que pese a los consejos, no hace caso. Tiene 24 años y solo depende de él cambiar. Aún está a tiempo en Universitario de Deportes