ESCRIBE DESDE HUANCAYO Guido Castillo Con la verguenza ajena sostenida a modo de enorme cruz a sus espaldas, los once huancaínos saltaron a la cancha en busca de aquel honor mancillado en Montevideo con nueve goles en contra, pero no bastó y ganaron apenas por 2-0 al Defensor Sporting y se despidieron de la Copa Sudamericana. Matemáticamente sin chance (10 goles cada 9 minutos era una fantasía), el "Rojo Matador jugó con el tiempo en contra, sin embargo demostró que la goleada anterior ya estaba superada y fue más que la escuadra charrúa. Mostto se une a Ávila y llegan hasta el área, el "Cholito" centra a la cabeza de Mostto pero su crismazo lo manda afuera. Todo era Huancayo. Defensor, en tanto era un gigantesco signo de interrogación: éste no era el mismo Huancayo. Por eso a los 46' Irven patea y la pelota, luego de chocar el palo, entra al arco tras chocar con un defensa rival y era el primero. En el segundo tiempo, reemplazando a Mostto, el colombiano Héctor Ramírez recibe de Ávila, da media vuelta y de un bombazo anota el 2-0 final. Con el apoyo de su gente En las tribunas la música y los gritos ascendían y descendían en un vaivén hasta empozarse en los jugadores. Iniciado el partido el dolor pudo sentirse. Era un equipo herido. El "Cholito" Sotil lo era, lo era porque cargaba el mayor peso. Y el Defensor Sporting no hacía más que recordarlo y acrecentarlo. Fue por eso que Johan decidió pegar a sus pies el balón, manejarlo, enamorarlo, olvidar el 9-0, voltear la página, juntarse con Ávila, a la fuerza de Mostto y Ramírez, a la confianza del portero Araujo. Apelar a Farfán y Flores, al apoyo de Salas, Ortiz y Huertas, de Masías, de Ibarra, pero el reto era demasiado grande. Simple y llanamente el resultado sirvió para consolarse a medias. Para hacer que en el futuro no se repita esta triste historia.///