No es Alianza Lima, es el fútbol peruano. Eso quede claro. Las estadísticas son números y los números son fríos y exactos. No hay hinchaje o apasionamiento capaz de doblegarlos. Para los equipos que viven luchando y se jactan de la garra, de la entrega y la pasión, quizá los números son el mejor examen para evidenciar excesos emocionales que sirven apenas para justificar fracasos. Otros, como Alianza Lima, que buscaba doblegar a la mala racha en la Copa Libertadores este año, tienen a los números como termómetro perfecto para entender sus errores y posibilidades.