Bolivia, La Paz | josé bragayrac Johnnier Montaño pasó las de Caín ayer en esta ciudad. A primera hora, cuando recién arribó con el plantel aliancista al aeropuerto de El Alto, presentó los síntomas del soroche. Al "Potón", en el momento que hacía cola para que le chequeen su pasaporte, le dio náuseas y un fuerte dolor de cabeza. Por eso, sin perder el tiempo, se fue al baño, pero el malestar persistía, por lo que le suministraron gravol, una pastilla para contrarrestar los efectos de la altura. Luego, ya en el hotel Radisson, se le ordenó reposo total. Durmió casi todo el día. No desayunó. En la práctica vespertina, en el estadio Hernando Siles, Montaño hizo un trabajo diferenciado. No corrió, sólo caminó y por ratos tocaba la pelota. Así, es poco probable que hoy Montaño juegue unos minutos. Quien también acusó los estragos de la altura fue Amilton Prado, pero su presencia para esta tarde se da por descontada.