Al Papá la noche de Halloween le duró más de lo debido, ya que al no tener disfraz ni máscara se dejó pintar la cara por un extrovertido Melgar, que hizo del Clásico del sur su propia fiesta. Pero esta fiesta empezó siendo del dueño de casa, ya que a los 3 iniciales, apareció vivaz el juvenil Talaviña y sin reparo alguno cedió un balón al colombiano Oscar Villarreal en la puerta del arco mistiano. Gol y 1-0. Sin embargo, lo que se pensaba que sería una verdadera fiesta cusqueña terminó siendo una tarde de brujas para el Papá, ya que el arequipeño Aubert escribiría con sus pies y su juego pícaro una jornada de ensueño. Melgar empató a los 14 minutos de ese primer tiempo que proyectaba a ser un partido con varios goles. Edson Aubert desequilibró por el sector izquierdo y sacó un disparo cruzado y rasante que se incrustó en arco cusqueño. Tres minutos después, Aubert aprovechó un servicio de Cachete Zúñiga y sorprendiendo a una lentísima zaga imperial y marcó el 2-1. Con este resultado Melgar demostraba ser más equipo que Cienciano. Aun cuando los rojos adelantaron sus líneas en pos del empate, pecaron de ingenuos aventureros y eso les costó el 3-1. Aubert en esta ocasión devolvió el favor a Zúñiga, quien anotó y le dio la tranquilidad a su equipo. Durante el complemento, el Chepe Torres buscó la forma para disminuir el marcador. No la encontró en Guevara ni Cavallo, los cusqueños mejoraron, pero volvieron a fallar en su línea posterior. En el minuto 9, Zúñiga fue trabado por Vílchez en el área imperial. Penal y listo, Aubert definió potente para que no ataje Vegas. Con el 4-1 los mistianos manejaron mejor los tiempos y controlaron el partido en el medio sector. Arismendi y Zeballos le dieron personalidad a Melgar. Por su parte, Cienciano ha demostrado que con este baile recibido y con la cara pintada ya no es un Papá que se haga respetar, sino un triste payaso que hizo nuevamente el ridículo en casa y no merece clasificar a un torneo internacional. Cusco | JEFFRY VARGAS