JOSÉ TORRES ORELLANA Aunque esa apariencia ruda y el gesto adusto dentro del campo reflejen a Leandro Fleitas como un hombre de hielo, el defensa argentino siente, goza y llora. Los golpes de la vida le han otorgado el apelativo de "Máquina", pero en Leandro el sentimiento fluye naturalmente. Así, su vuelta al fútbol profesional, luego de 131 días sin actividad producto de una severa fractura de cráneo, no pudo estar más cargada de emotividad. Anotó un gol con la blanquiazul en el empate a uno con Juan Aurich, fue figura y la emoción lo llevó hasta las lágrimas. "Estoy contento por mi vuelta al fútbol profesional y más por haber marcado un gol. Volver a jugar es un premio al esfuerzo que realicé todo este tiempo en mi recuperación. Al final del partido lloré de emoción, se me cruzaron muchos pensamientos que uno tiene guardado, se me cayeron las lágrimas por la emoción de volver a marcar y acordarme de toda la gente que me quiere y me apoyó en los momentos duros. Ya ven que no soy una 'Máquina'. Sólo me quedó la 'chapa' por la lesión, pero soy una persona normal, ya lo demostré", confesó. Los momentos de angustia quedaron atrás y los superó con creces. "Me sentí bien en la cancha, no tuve cansancio ni ahogo, me sorprendí de estar tan bien, pensé que me iba a costar más. Pasé por momentos duros, pero en ninguno pensé irme del fútbol, tengo 26 años recién. Cuando estaba en la clínica quería ir a entrenar, supuestamente estaba de vacaciones en casa y quería ir a entrenar. Para mí el golpe ya no existe más", aseveró. El protector que ahora usa en la cabeza para jugar ahora es parte de su vida. "Es un 'look' medio raro usar el casco, es la primera vez que me pongo una cosa de esas, pero por jugar uno tiene que hacer cualquier cosa. No es incómodo ni cómodo jugar con eso, es normal, cabeceo normal, ahora juego los 90 minutos con el casco. Calculo que lo usaré dos meses más", afirmó la "Máquina". Recuperada la alegría, Leandro Fleitas se proyecta a más y sueña con tener una chance en la Copa Libertadores cuando enfrenten a la Universidad de Chile. "Ojalá pueda estar, no puedo pedir ser titular sólo por meter un gol. Me gustaría jugar, porque tengo esa ilusión, pero con ir al banco me conformo", señaló. Tras sufrir triple fractura en el cráneo al chocar con el crema Carlos Galván, las muestras de cariño del pueblo blanquiazul y del Perú en general, le hicieron sentir que no estaba solo. El argentino ahora retribuye la gratitud con esfuerzo y va camino a convertirse en ídolo de Alianza. "Después del accidente se notó aún más el cariño de la gente, incluso los que no tenían nada que ver con Alianza me apoyaban, sólo me queda agradecerles eternamente. Me tocó vivir un caso especial por la lesión que tuve y a raíz de eso la gente me empezó a querer un poquito más. Ojalá pueda llegar a ser ídolo, al menos me conformo con dejar una huella y me recuerden por dejar todo en la cancha", señaló. Es por ese cariño que adquirir la nacionalidad peruana no le desagrada y hasta anhela vestir la blanquirroja. "No es inconveniente nacionalizarme, es un sueño jugar por la selección peruana, si bien es complicado porque soy extranjero, no tendría problemas en ponerme la blanquirroja", culminó.