A sus cortos 21 años, Jesús Barco ha aprendido una lección. De una forma dolorosa, sí, pero seguramente lo sucedido le ayudará a crecer. El sobrino de Roberto Chale cometió un grueso error que le costó la derrota a Universitario frente a Municipal, caída que deja con poquísimas chances a los cremas para clasificar a la Copa Sudamericana.
Cuando el árbitro dio por finalizado el compromiso, Barco se sumió en la tristeza. Cabizbajo, se iba al vestuario pensando en lo que hizo y en cómo habían cambiado las cosas: en el primer tiempo había anotado su primer gol en la profesional, le daba la victoria a la 'U', pero al final terminó siendo el villano.
Fue entonces que en su camino apareció Arquímedes Figuera. El venezolano, comprendiendo lo que podría estar sintiendo su compañero, se acercó a él y lo consoló con unas palabras de aliento y unas palmaditas en el hombro.
Seguramente otros futbolistas cremas habrán hecho lo mismo en el vestuario. Barco se equivocó, pero no está solo. Barco falló, pero si aprende la lección saldrá fortalecido.