Ayer, entrada la noche paceña, Alianza realizó el reconocimiento de cancha del estadio Hernando Siles, con un espectador especial en las graderías. Un espía del Bolívar presenció las labores de Gustavo Costas y compañía motivando la molestia del técnico grone, quien tomó sus precauciones ante la inesperada visita. A la salida del hotel Radisson un hincha peruano arengó a la delegación blanquiazul. Vestido con la camiseta bicolor, el carismático compatriota elevó el patriotismo de los victorianos. Los siguió hasta el estadio, pero fue impedido de presenciar la práctica. La sorpresa se la llevó Costas al detectar entre los espectadores a un personaje que grababa los trabajos grones. El DT se ofuscó, pero apelando a la palomillada victoriana decidió confundir al enemigo y mezclar a suplentes con titulares para no darle ventaja al rival. Así las cosas, el equipo reconoció el campo del recinto deportivo. Un gramado pesado, humedecido y ciertamente crecido, aunque la iluminación es buena y dejó conforme a todos. Los trabajos fueron leves, sin exigencias físicas para evitar el desgaste. Centros de las esquinas para el trabajo de los arqueros, pelotazos de frente para el despeje de los zagueros y definiciones para los delanteros destacando la precisión de Wilmer Aguirre, quien estuvo con la mecha prendida. Todos hacían una buena labor como para asustar al espía, pues este Alianza promete.