El traslado al plantel aliancista del aeropuerto al estadio de Matute fue una fiesta. Los aplausos y cánticos transformaron el vehículo en un bus parrandero. Al llegar a La Victoria, el presidente íntimo Guillermo Alarcón, acompañado de toda su directiva, los recibió con un fuerte abrazo y agradeció a los jugadores por la hazaña en La Paz. Tanta fue la emoción, que suspendieron la práctica y les dieron la tarde libre. Uno a uno, "Pocho" felicitaba a los futbolistas, pero cuando le tocó abrazar a las figuras de la jornada anterior, Salomón Libman y José Carlos Fernández, el tiempo le quedó corto. "Me siento emocionado y feliz por el triunfo histórico que consiguieron los muchachos. Después de 32 años se pudo ganar en La Paz y hay que celebrarlo. Se ha formado un grupo excelente y nos invita a soñar, ahora tenemos que seguir por ese camino para clasificar a la tercera fase de la Libertadores", sentenció Alarcón.