Campeón inobjetable. César Vallejo presentó el mejor plantel, la mejor propuesta y al técnico con mejores ideas para quedarse con el primer título del año. Solidez en todas sus líneas y experiencia traducida en profesionalismo y responsabilidad dentro del campo. Un título más que merecido.
1. Libman consolidado: Su amplia experiencia se ve reflejada partido a partido. La final fue el escenario sobre el cual su crecimiento fue palpable. Tuvo atajadas que fueron fundamentales para el triunfo de los suyos. Su voz de mando se hizo sentir y apareció cuando tenía que hacerlo para evitar la caída de su equipo.
2. Defensas opuestas: La labor de Luis Cardoza fue clave. Además, Guizasola, Requena y Ciucci son jugadores de oficio y eso quedo claro. Alianza sufrió atrás: Miers hizo el gol pero fue un desastre, Araujo displicente y Forsyth flojo de manos.
3. Calidad en la volante: Ronald Quinteros, Rinaldo Cruzado y Donald Millán. No hace falta más que leer esos nombres para saber que el mediocampo trujillano es uno de los más ricos del campeonato. La labor de los tres fue correcta, distribuyendo la pelota con calma y propiedad. Cuando tenían la ventaja a su favor supieron darle tiempo al recorrido del balón y desesperaron a un Alianza ansioso y torpe.
4. Efectividad y complicidad: Daniel Chávez y Mauricio Montes no estuvieron del todo finos, pero con lo poco que hicieron les bastó para alcanzar el título. ¿Por qué? Por la mala actuación de Forsyth, su poca seguridad fue el tesoro de Vallejo y lo desordenado de su defensa decidió el partido. Sin mucho en ataque a Vallejo le alcanzó.
5. El factor técnico: Vallejo fue un equipo mucho más correcto, que supo distribuir los tiempos con más efectividad. Al principio asimiló el ataque indomable de Alianza, que se sabía local y favorito pero que no supo aprovecharlo. Con el correr de los minutos, el físico y los cambios le jugaron en contra a Sanguinetti y Vallejo empezó a jugar como sabe.