Cuando pesa más el sentimiento, aquel que deja la garganta en las tribunas y muere con el corazón en la mano se dará cuenta de lo que significa alentar a la gloriosa blanquiazul. Ayer no fue un día cualquiera, fue una tarde pintada únicamente de dos colores que enternecen a todo un pueblo y cuya historia puede darse el lujo de reunir a todas sus estrellas en un mismo escenario.
Matute se vistió de gala para recibir a varias generaciones de jugadores de Alianza Lima en el Día del Hincha Blanquiazul. La fiesta fue total tanto en el césped como en las tribunas, donde los hinchas corearon uno a uno los nombres de aquellos ídolos del ayer y hoy. César Cueto, Jaime Duarte, Juan Jayo, José Velásquez, Waldir Sáenz, Claudio Pizarro, Paolo Guerrero y muchos otros más ofrecieron un verdadero espectáculo que quedará grabado eternamente en el corazón del hincha ‘grone’.
Espectáculo íntimo. En la cancha, Azules y Blancos se enfrentaban con una mezcla de juventud y experiencia. La tarde era precisa para dar paso a la melancolía y recordar las épocas doradas de la blanquiazul. El espectáculo estaba garantizado y el buen fútbol se hizo presente en el verde. Pizarro, Guerrero y Sáenz formaron un tridente de temer en los Azules; mientras que Cruzado, Rodríguez y Reyna hicieron lo mismo en los Blancos.
Pero quien se robó todos los aplausos fue el ‘Poeta de la zurda’. A ritmo de ‘Olé, olé, olé, olé, Cueto, Cueto’, el ‘Maestro’ fue -y sigue siendo- un artista único dentro del campo. A sus 62 años, demostró una vez más que la calidad es lo último que se pierde. Verlo jugar es como apreciar una obra de arte, cuya belleza radicaba en cada ‘pincelada’ que hacía con el balón en sus pies.
Goles son amores. Aún con Cueto regalando lujo tras lujo, fueron los Blancos quienes se adelantaron en el marcador. Yordy Reyna, uno de los más ovacionados por los hinchas, ‘picó’ la pelota en un mano a mano y venció a Maurinho Mendoza (14’).
Cinco minutos después, el ‘Pato’ Quinteros desborda por izquierda y de un toque fino aumenta la cuenta. Los goles le dieron otro matiz al partido, que empezó algo pausado. Y con el pasar de los minutos llegó lo mejor. Sáenz descuenta de penal (25’) para los Azules; pero fueron Guerrero y Pizarro quienes trajeron abajo al estadio entero. Primero el ‘Depredador’, con su gol a los 27’ y luego el ‘Bombardero’, quien volvió a marcar con la camiseta de sus amores (31’).
En el complemento, Cruzado marcó el empate; pero más allá del resultado, el principal ganador fue el hincha blanquiazul. Porque la tarde de ayer quedará grabada en los anales de la historia del club. Por que Alianza Lima es un sentimiento, un sentimiento de corazón (como dice la canción). Y porque es -y siempre será - el único equipo capaz de hacer algo tan grande como lo hecho ayer en la caldera de Matute.