César Cueto, ídolo de Alianza Lima, tendrá un emotivo homenaje en compañía del Pibe Valderrama, Iván Zamorano, Willington Ortiz, entre otros.
César Cueto, ídolo de Alianza Lima, tendrá un emotivo homenaje en compañía del Pibe Valderrama, Iván Zamorano, Willington Ortiz, entre otros.

Una de las leyendas que enaltece la historia de es . El “Poeta de la Zurda”, dueño de un exquisito fútbol, goles de antología y considerado, por sus mismos colegas y afición peruana, como el enganche más habilidoso de todos los tiempos, saludó al equipo de sus amores por sus 120 años de fundación. “En Alianza, jugábamos como en familia”, confesó.

Campeón con los íntimos en los años 75′, 78′ y 79′, el exfutbolista recordó sus inicios en el fútbol, el recibimiento por parte de Cubillas, “Pitín” Zegarra y “Perico” León, sus goles de ensueño, y les dejó un mensaje a los directivos, que sacará roncha, tras la pérdida de categoría del club cumpleañero. “Pensaron que tenían la manija de todo, pero terminaron en un hoyo”, criticó.

-LOS 120 AÑOS DE ALIANZA LIMA-

¿Cuál es el mensaje del ídolo de Alianza por los 120 años del club?

Agradecimiento. Desde calichín estoy en el club que marcó mi historia futbolística, lo que me tocó vivir. He dejado un granito de arena, pero hay grandes jugadores que han pasado por el club, que son parte de la historia.

¿Y qué recuerdos de aquel primer día en Alianza?

Tenía doce años. Recuerdo que no conocía como llegar al estadio, pero Fernando, el hermano de “Babalú” Martínez, que vivía en la misma cuadra que yo, en la cuadra 2 de Próceres en el Rímac, me llevó a Matute. Jugué como puntero izquierdo y el “Cholo” Castillo me vio y dijo que había pasado la prueba. Aquella mañana hacía un frío de la patada, pero quedé en lista, como calichín. Después solo me dediqué a jugar y jugar; mañana, tarde y noche. Gané más roce en la pista, y al ver jugar hasta a los amigos del ajeno. Debuté a los 16 años en Alianza.

¿Pero usted se hizo en el barrio?

Ahí maduré, al ver jugar a la gente grande. Jugaba en la pista, en las piedras, era jugar y disfrutar de ver a los mayores. Recuerdo me iba a ver al San Martín de Porres de la Segunda. Crecí jugando en el barrio. Aprendí a no tener miedo.

¿En aquella época a quién admiraba?

Yo no imitaba. Lo mío era jugar para fluir mi propio fútbol. Crecí naturalmente. Cuando me preguntaban: ¿qué jugador me gustaba? En ese tiempo había pocos zurdos, a mí me veían como bicho raro. Pero sí recuerdo la selección brasileña de Pelé, Tostado, Rivelinho. ¡Cómo le pegaba al balón! Mucha calidad.

Esa zurda es virtud innata…

Dios nos da un don para desarrollar, a mí me dio para jugar al fútbol. Lo mío era jugar todo el día y exponerlo en la práctica. Ante la dificultad, generar, veía a los rivales, me reponía ante las adversidades, practicaba hasta cuando los carros pasaban en la pista. Yo vivía en un callejón de metro y medio, y al costado, mi primo hermano Lucho. Éramos de la misma edad. Yo jugaba en la mañana, tarde y noche, el fútbol; pero mi tío a él lo hizo estudiar música, aprendió a tocar el órgano. Fue un genio, hizo carrera. Él disfrutaba la música y yo el fútbol.

¿Su mejor regalo de pequeño siempre fue la pelota?

Sí, desde pequeño que jugaba con el andador, me caía, pero persistía. Disfruté lo que Dios me dio en el fútbol. Hay personas que nunca han jugado a la pelota, tienen un hijo, y quieren que gane como Ronaldo, pero ellos ni siquiera le han dado a la pelota al tercer bote. Hay que tener mucho tino. Orientar a los hijos en lo que les agrada.

-LO INICIOS DEL POETA-

¿Cuándo llegó a Alianza, le dieron la bienvenida Perico León, Teófilo Cubillas, “Pitín” Zegarra?

Con 16 años estaba concentrado con ellos. Era flaquito, todavía no desarrollaba. Los respetaba con cariño, eran mayores. Ayudaban a los más jóvenes, siempre estaban pendientes de uno para crecer en el fútbol.

¿Después llegaron los campeonatos?

Salí campeón en el 75, 78 y 79. Varios subcampeonatos. En el 75, había un equipo excelente, que estaba conformado por Caico Gonzales, José Velásquez, Moisés Palacios, Augusto Palacios, Andrés Zegarra, campeonamos jugando bien. En el 78′ y 79′, ya era el Alianza con Guillermo La Rosa, Teófilo Cubillas. Gracias a Dios me dejaron cosas bonitas. Yo hablaba a través de mi forma de jugar.

Con Marcos Calderón lograron el título del 75…

Un técnico exigente, aprendí de a poco de él. Un entrenador de gran capacidad sacaba el máximo de lo que teníamos.

Los hinchas recuerdan el equipo que conformó con Velásquez, Cubillas y Sotil…

Todos se ganaron un nombre en Alianza. Había mucho respeto y cariño por su trabajo, por la persona. Jugábamos como una familia.

Hubo goles de antología que marcó en Alianza, pero hay dos que todos recuerdan: a Ramón Quiroga en el clásico del 6-3, y a Chávez Rivas en el clásico del 89.

El gol a Quiroga fue de media cancha, no se veía muchos así. Y con una pelota que parecía de bocha, más dura, igual metí toda la zurda y pudo entrar. Después, el 2 a 2 con Universitario, quienes ya se daban por ganadores, pero pude patear a un rincón de Chávez Rivas. Ahí me equivoqué, ja, ja, ja.

Después volvió a vestirse de corto tras la tragedia de Ventanilla…

En el 87′, un dolor muy grande, por la cercanía al club. A todos nos chocó, solo quedó rezar por todos. Fue la voluntad del Señor, ya algún día estaremos todos juntos en el cielo. En lo futbolístico, yo venía de Colombia, lesionado de los ligamentos y no quería operarme, luego de hacerlo, jugué en Alianza.

-EL DESCENSO Y LA VUELTA-

¿Alianza debe volver cuanto antes a Primera?

Como persona de fútbol, creo que hicieron mal. La directiva no se dejó aconsejar con gente de fútbol. Pensaron que tenían la manija de todo, pero terminaron en un hoyo. Hay gente que todavía sigue ahí, ahora Alianza está en Segunda y tiene que contratar gente de experiencia, calidad, la Segunda no es un paseo. Ojalá la directiva consulte, en algún momento, reaccionen. Son gente de empresas, pero deben consultar a los que saben de fútbol. No lo digo por mí, sino con quienes quieran. Hay gran preocupación.

¿Por qué no rodearse de un Cubillas, Velásquez…?

Son personas que en su carrera deportiva se han ganado un nombre. Más de 30 años de experiencia. Debería reunirse, no pierden nada. Personajes con calidad que pueden orientar sobre el presente de Alianza.

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Jugar con su futuro no es. Todo saben los profesionales que son. Todos quisieran retirarse donde se iniciaron, pero uno va creciendo, madurando, teniendo nuevos deseos, pero ya será cuestión que decidan.

¿Qué siente cuando lo llaman ídolo en las calle?

César hizo lo mejor que pudo en el campo para retribuirle a los hinchas de Alianza el cariño, respeto y pasión por el club. Nunca jugué pensando en todo esto, sino perseguí mi pasión. El cariño que me demuestran los hinchas siempre lo correspondí en el campo, hasta el último minuto.

¿Coincidió con Ricardo Gareca en el fútbol colombiano?

Él llegó después, en el 85′. Pero llegué a jugar en contra de él, con Alianza ante Vélez, le marqué un gol de champa (risas). Un gol muy bonito. Lo recuerdo más por Gareca.

Y así se despidió César Cueto, con la humildad de siempre, hasta otra charla “Poeta”, quien hoy en día, comparte el evangelio a través de la iglesia católica en el norte del Perú. “El amor de Dios me sostiene”, concluyó.