El pueblo blanquiazul tomó las calles de la capital ni bien comenzó la tarde. El punto de encuentro era el estadio de Matute, hasta donde llegaron miles de hinchas para alentar al equipo de Gustavo Costas ante la Universidad de Chile. Desde las 3:00 de la tarde los seguidores aliancistas empezaron a llegar a Matute para ingresar al estadio sin contratiempos. Las pocas entradas que quedaban en las boleterías se agotaron rápidamente y fueron los revendedores los que hicieron su agosto, duplicando, en algunos casos, el precio de las entradas. Quienes también hicieron su negocio fueron los vendedores de camisetas, gorras, llaveros y diversos souvenirs. El pueblo aliancista había asegurado desde temprano la fiesta en las tribunas y sólo faltaba que los jugadores hagan lo suyo en el campo de juego ante la U de Chile. Y el primer equipo? Desde muy temprano, los jugadores que fueron escogidos por Gustavo Costas para enfrentar a Inti Gas entrenaron en la cancha auxiliar, mientras que los nominados para el duelo copero tuvieron descanso. No tenían obligación de levantarse para tomar el desayuno, que en esta ocasión consistió en jugos, cereales, café y leche, acompañados de tostadas. El almuerzo sí fue obligatorio y se sirvió cuando el equipo alterno culminó sus prácticas. Pastas, arroz, puré, caldo de pollo, bisteck y pollo a la parrilla incluyó el menú que se sirvió en la Villa Íntima, hasta donde llegaron los directivos y prometieron un premio especial por acceder a los cuartos de final de la Copa Libertadores. Luego los jugadores ingresaron a sus habitaciones para descansar. A las 4:30 p.m. todos se levantaron a escuchar la charla técnica. El resto es historia conocida.