Los que vieron jugar a Josep Guardiola en el Barcelona y otros equipos más, sabrán que se trató de un jugador fino y elegante con buena pegada al balón.
Por algo hoy, durante el partido entre Bayern Munich y Manchester City por la Champions League, se reprochó a sí mismo por su falta de precisión a la hora de pegarle al balón para entregárselo a uno de sus jugadores.
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Y es que el técnico estuvo muy nervioso debido a que el gol no llegaba pese al dominio total del encuentro y tal como se puede ver en las imágenes, un balón cayó cerca de él y en su desesperación para que se reinicie rápido el juego, le pegó en primera para que se cobre el saque lateral, pero su disparo salió totalmente desviado.
Esto hizo que Guardiola se agarre la cabeza y se lamente por la forma en que pateó.
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