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La selección de Chile nuevamente fue más efectiva en la ruleta rusa de los penales que los argentinos y confirma que es actualmente, aunque nos duela a los peruanos, la mejor selección del continente. La selección de la estrella solitaria, bajo la dirección técnica de Juan Antonio Pizzi, se llevó el trofeo de la Copa América Centenario, igualando a Argentina, Uruguay y Brasil, que ganaron dos ediciones consecutivas.
ESCRIBE: RICARDO REYES
Que celebre todo Chile, desde Arica, Iquique, Calama, Antofagasta, Copiapó, La Serena, Valparaíso, Talca, Concepción, Temuco, Puerto Montt, Cochrane hasta Punta Arenas. Su selección sigue siendo el rey de América.
Arrancó mal
Si bien Chile ratificó que es el campeón del continente sudamericano, el cuadro mapochino empezó con el pie izquierdo el campeonato al perder en su debut en el Grupo D precisamente ante Argentina por 2-1. Éver Banega y Ángel di María anotaron por la ‘Albiceleste’ y José Pedro Fuenzalida descontó para la ‘Roja’.
Luego vendría el decisivo choque ante Bolivia, donde el equipo de Pizzi pudo quedar fuera del torneo si empataba 1-1 con el cuadro del Altiplano. Arturo Vidal abrió el marcador y Jhasmany Campos de tiro libre igualó. Pero sobre el final del cotejo, Vidal, de penal, le dio la victoria a su selección luego de que el árbitro norteamericano Jair Marruffo ‘inventó’ una mano de Gutiérrez ante un centro de Alexis Sánchez, cuando el boliviano estaba con las dos manos atrás y el balón le chocó en el codo.
Sin esa gruesa falla del juez ‘gringo’, Chile se quedaba con un solo punto y tenía que esperar la última fecha para definir su clasificación. Sin embargo, en la última fecha y ya con los tres puntos en el bolsillo, Chile goleó 4-2 a Panamá y accedió a los cuartos de final del torneo.
Mapochos se destapan en cuartos
Recién en los cuartos de final del campeonato aparecería el campeón en toda su dimensión. Los pupilos de Pizzi se enfrentaban a México, que había quedado primero en el Grupo C igualado con 7 puntos con Venezuela, pero con una mejor diferencia de gol. Sin embargo, el cuadro azteca se vino abajo y recibió una paliza peor que la que Don Ramón le daba al Chavo del 8 en la vecindad. Ese día en el Levi’s Stadium de Santa Clara, Chile goleó con autoridad (7-0) a los aztecas y lo mandaron llorando a su casa. Eduardo Vargas convirtió un póker de goles (4), mientras que Edson Puch puso dos y Alexis Sánchez también contribuyó en el triunfo mapochino con un tanto.
Ahora vendría lo bueno. Colombia, con James Rodríguez, sería su rival en la semifinal.
Cueca más que vallenato
Una tormenta eléctrica iluminó el triunfo 2-0 de Chile sobre Colombia, aunque también hizo que el segundo tiempo del partido se retrase por lo menos dos horas en el Soldier Field Stadium de Chicago. Esta vez, los héroes fueron Charles Aránguiz y José Fuenzalida, quienes en apenas once minutos ya le habían permitido a la ‘Roja’ meterse el boleto a la gran final, donde se encontraría con Argentina, su anterior rival en la última edición que los sureños organizaron el año pasado.
Final deslucida
Y llegaría la final esperada. Los argentinos esperaban en su hotel tomando su clásico mate y publicando selfies en las redes sociales, mientras que los mapochos estaban metidos y concentrados en conseguir su segundo título consecutivo.
El partido en sí, que se disputó en el MetLife Stadium de Nueva Jersey, fue muy discreto. Ni Chile ni Argentina se hicieron daño en los 90 reglamentarios ni en los 30 del alargue y tuvieron que recurrir como en el 2015 a la definición por penales.
Ambos equipos acabaron con diez por expulsiones de Marcelo Díaz de Chile y Marcos Rojo de Argentina.
Gonzalo Higuaín falló la mejor ocasión para los albicelestes al igual que el ‘Kun’ Agüero, quien entró en el segundo tiempo, pero Claudio Bravo apareció con una mano salvadora para desviar el cabezazo y evitar el grito de gol de los argentinos.
La más clara de Chile estuvo en un cabezazo de Alexis Sánchez que Sergio Romero atajó.
En la ronda de penales, Vidal falló el primero, pero Nicolás Castillo, Charles Aránguiz y Francisco Silva le dieron la victoria a Chile.
Messi y Lucas Biglia fallaron, mientras que Javier Mascherano y Sergio Agüero anotaron, pero no les alcanzó para evitar la derrota.
Una gran campaña de la ‘Estrella solitaria’, que contrató en enero de este año a Pizzi para reemplazar a Jorge Sampaoli, quien renunció al cargo para buscar nuevos horizontes tras darle a la ‘Roja’ su primer título internacional.
Pizzi no tuvo que hacer muchos cambios porque este equipo ya camina solo. Tiene una base sólida con Bravo en el arco, Gonzalo Jara y Gary Medel en la zaga, el ‘rey’ Arturo Vidal en la mitad de la cancha y Alexis Sánchez y Eduardo ‘Turbomán’ Vargas en el ataque.
Chile está cuarto en las Eliminatorias y ahora todos lo miran con respeto. Este equipo tiene vértigo, buen fútbol y gol, que es la esencia del fútbol.
Paraguay y Bolivia lo sufrirán en las próximas fechas de las Eliminatorias, pero por el momento que celebre todo Chile que así nomás no se consiguen dos títulos seguidos en su historia.
Al final, las premiaciones a Bravo con los guantes de oro, Vargas como goleador y Sánchez como el mejor jugador fueron justa recompensa para lo que hicieron en el torneo continental.
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