:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/3ZQ4FT7WRVFCRGHWZLIIMR7OIA.jpg)
En el fútbol mandan los resultados, de eso no hay quien dude. La delgada línea entre el éxito y el fracaso de una filosofía de juego siempre estará marcada por la cantidad de triunfos y derrotas del técnico de turno.
Óscar Ibáñez fue una víctima de las circunstancias. A pesar de su inexperiencia como DT, ‘Chemo’ confió en la agudeza del exportero y en su forma de trabajo, y lo postuló para ser su reemplazo. Seis meses duró ese tórrido romance entre exídolos de Universitario, y una vez más, cuando los resultados le dieron la espalda al argentino, el ahora gerente deportivo crema ofreció la cabeza de su exasistente para calmar las aguas que, hoy por hoy, tienen a la ‘U’ a punto del ahogo.
Tanto Ibáñez como Del Solar son en gran parte responsables de la crisis que hoy atraviesa el equipo, tanto por sus decisiones a la hora de contratar refuerzos, como por la imposibilidad de concretar una idea de juego que persista en el tiempo.
Ciertamente, son pocas las cosas que dejó el técnico argentino como legado en el banquillo crema. Y es que durante seis meses, Ibáñez no pudo ni siquiera consolidar un once base. La estrategia de prueba y error pareció ser la única constante del equipo durante el final de la temporada pasada y el inicio de esta. Así, sin idea de juego, equipo base ni respaldo dirigencial (durante el último año, la ‘U’ ha tenido cuatro administradores temporales), lo de Ibáñez no fue más que el intento desesperado por apagar incendios cada fin de semana.
Lamentablemente, el futuro no se vislumbra mejor para Universitario. Con una persistente crisis económica en sus arcas, ‘Chemo’ busca a como dé lugar la llegada de Claudio Vivas -un técnico que a priori estaría fuera de las posibilidades económicas de la ‘U’-, quien representa una idea futbolística radicalmente distinta a la que en un principio se pensó podría aplicar Ibáñez. Y es que basta conocer algo del trabajo de Vivas, hoy técnico del Banfield argentino, para entender que su filosofía de juego requiere de intérpretes con características bastante marcadas, de las que pareciera carecer buena parte del plantel crema: velocidad, físico y una obediencia táctica que requiere de un largo tiempo de adaptación. Un tiempo que la ‘U’ hoy no tiene.