Raúl Ruidíaz es una excepción a la regla. Rompe el prototipo del delantero '9', aquel que para lucharlas todas en el área rival, debe tener una gran contextura corporal y talla. La 'Pulga' es todo lo contrario. Y a pesar de eso, es uno de los mejores delanteros que hemos visto en nuestro fútbol. Apenas llega al metro 67 cm, pero su calidad para definir, agiganta más su figura. Monarcas Morelia se ha sacado la lotería al contratarlo y retenerlo por tres temporadas más.
Desde que se inició en el América Cochahuayco, allá por el 2008, Ruidíaz mostró dotes de ser un gran delantero. Juan Reynoso, por aquel entonces entrenador de Universitario, se dió cuenta de eso y lo integró al equipo principal. Explotó en el 2011, llevando a los cremas hasta los cuartos de final de la Copa Sudamericana y siendo su goleador (4 tantos). A Raúl poco le importaba ser bajo. Contrarrestaba su estatura con su rapidez y buena técnica para manejar la pelota.
De acuerdo a estudios científicos, el centro de gravedad del cuerpo de una persona pequeña está más cerca al suelo, por lo que tiene un mayor equilibrio en comparación a un alto. Y Ruidíaz tiene esa ventaja. Sucedía con Maradona (1,66 m) o Romario (1,69 m), que podían llevar el balón con velocidad y por varios metros, realizando cambios de dirección de manera que confundían al defensor rival. La 'Pulga' aprendió de esos ejemplos para convertirse en el goleador que es.
Ruidíaz también se ha vuelto indispensable en la selección peruana. Sus mismos compañeros han manifestado que se acomodan muy bien jugando a su lado. Jefferson Farfán y Paolo Guerrero remarcaron en épocas de eliminatorias que el '9' del Monarcas tiene una gran movilidad en el frente de ataque y que les gusta jugar a su lado. No es fácil para un jugador como ellos encontrar a un socio ideal en la delantera. Y mucho menos a un pequeño gigante como es el buen Raúl.