El problema del peruano es que nunca se la cree, pero cuando se la cree, se la cree demasiado. No importa el rubro, la teoría se extiende también al fútbol. Cristal protagonizó en una semana aquella falencia emocional en la que es crítico alcanzar un equilibrio, primero por falta de confianza y por autocomplacencia luego.
Pasa con el noventa por ciento de los futbolistas jóvenes que emigraron al extranjero sin éxito y hoy pasean como divos de vuelta en el medio local. Pasa con atletas que se derriten por el beneficio rápido de los realitys. Pasa con nosotros mismos que nos dejamos seducir por el mérito inmediato. Pasó con Cristal que alcanzó un tope de rendimiento al vencer a Racing en Avellaneda. Y redujo, sin embargo en la revancha, su heroísmo a un ritmo chato y conformista.
Algo de culpa tiene el técnico Daniel Ahmed por no saber equilibrar el estado de confianza, que pasó en siete días de creer en sí mismo a creerse mejor que el otro. Y esto es un síntoma natural en el fútbol. “Siempre hay argumentos para hacer entender que el próximo partido será difícil”, repite Marcelo Bielsa.
“El futbolista debe saber gestionar los afectos de una racha de resultados positivos. No hacerlo puede llevar a la complacencia del jugador, que podría pensar que todo continuará igual pase lo que pase sin hacer el mismo esfuerzo”, reflexiona el rosarino.
Se notó en Ballón, en Revoredo, en Lobatón y en Ávila. También en Cazulo y Calcaterra. Y se ha sentido desde los noventa en la Sudamericana o la Libertadores. También en la selección peruana, por lo menos en las tres últimas eliminatorias: llegar con una buena actuación de precedente nos mata.
Jorge Luis Pinto encontró una alternativa: sumó un sociólogo a Costa Rica en la última Copa del Mundo. Pinto pulió tácticamente a su plantel, pero el sociólogo cumplió con el reto más enorme: unir y ayudar a superar temores individuales y colectivos. Fortaleció vínculos. De ahí el equilibrio emocional que los llevó hasta cuartos de final en Brasil 2014. La otra opción, también válida, es reducir el análisis a la contienda táctica y el error de Revoredo que le puede pasar a cualquiera.