Venezuela ha dado un campanazo a nivel mundial con el debut triunfal de su equipo Sub-20 sobre la poderosa Alemania (2-0) en el Mundial de la categoría que se empezó a disputar en Corea Del Sur. Un resultado que ha llamado la atención de propios y extraños, pero que tiene como explicación el trabajo que han estado realizando desde hace diesciseis años. No es mera casualidad, el respeto a los proyectos a largo plazo en el país llanero es un éxito y debería ser imitado en nuestra pelotita.
A pesar de ser golpeado por la crisis económica, el caos y muerte de inocentes en las calles por protestas contra el gobierno actual, Venezuela no ha claudicado en seguir manteniendo un proyecto con los menores de 12 años y que se está reflejando con la clasificación de sus selecciones Sub-20 a los mundiales de su categoría en dos oportunidades (2009 y el presente año), algo que hasta el momento no ha logrado la nuestra en 40 años desde que se jugó la primera justa internacional; además de la evolución de su selección mayor en Eliminatorias: en los 16 años del proyecto tienen más victorias (22 triunfos) que desde los procesos de 1966 al 2001 (3 triunfos).
El proyecto 'llanero' está enfocado en los futbolistas menores de 12 años, donde hicieron que los diferentes clubes mejoraran su infraestructura (canchas, balones a medida, arcos) y metodología de trabajo (exigencias, técnica, árbitros), capacitación a los entrenadores de divisiones menores, incremento de escuelas formativas sin fines de lucro. Todo esto para una población infantil de 3 millones, entre niños y niñas, donde los más destacados eran invitados a los Centros Pilotos Sub-15, Sub-17 y Sub-20), nutrientes para los combinados nacionales de las mencionadas categorías.
Hace más de un año, la Federación Peruana de Fútbol ha creado el Plan Centenario, similar al proyecto que viene realizando los venezolanos, y que tiene como objetivo fortalecer las categorías inferiores, con la captación de niños de 6 a 18 años a nivel nacional. Solo se espera el respeto al trabajo a largo plazo, el respeto a los tiempos para que pueda tener éxito. Venezuela esperó 16 años para ver sus frutos ¿porqué no nosotros?